El día de hoy, 29 de julio de 2018, se decide el destino político de Nayib Bukele, o dicho de otra forma, se ratificará en elecciones primarias la candidatura presidencial de Nayib por el partido GANA, después de haber intentado por el FMLN, por su propio movimiento Nuevas Ideas, seguido de Cambio Democrático, para finalmente acabar con un partido de ex-areneros corruptos, los cuáles han sido aliados del FMLN durante los últimos 9 años.
Con esta alianza Bukele deja claro que no sólo no tiene ideología como tampoco tiene principios. Poco le importó haber dicho que había creado un movimiento horizontal donde la gente decidía, cosa que ha probado no ser así ya que no ha consultado a nadie para hacer todas las negociaciones que ha venido haciendo durante los últimos meses. Igualmente poco le importó haber dicho que no haría alianza política con GANA para no traicionar los principios por los cuáles la gente lo apoyaba, que daría batalla hasta el final con el CD (partido que fue cancelado por una jugada política sucia, que quede claro) y que no se aliaría al partido naranja porque este representa todo aquello que él criticaba.
Pero como ya sabemos, hizo todo lo contrario de lo que dijo apostándole al capital político que acumuló en los últimos seis años de vida pública y de discursos bonitos prefabricados. Su figura fue moldada cuidadosamente, cada paso fue dado meticulosamente de tal forma a crear la imagen de un presidenciable, cosa que él durante mucho tiempo negó que fuera así.
Pero a final de cuentas, que es lo que lleva a una persona a ir incluso contra todo aquello por lo que dice estar luchando, a hacer alianza con corruptos (la primera alianza con corruptos fue con el FMLN) sin importarle absolutamente nada y, de forma maquiavélica, justificar los medios alegando los fines más nobles?
La respuesta a esta pregunta no se encuentra en su narcisismo caprichoso, en su afán de luchador y líder social (cosa que nunca ha sido), esta se encuentra en nada más y nada menos que en la facturación de la empresa OBERMET S.A. de C.V., propiedad de los Bukele. Según documentos presentados a probidad administrativa por la familia Bukele, sólo en el período de febrero de 2012 a enero de 2016, la empresa facturó junto a 14 instituciones estatales un montante igual a $32,246,560.16, lo que equivale a $8,061,640 anuales, eso sin contar los ingresos generados por la campaña política que OBERMET le hacía al FMLN. De igual forma, en la campaña de 2018, entre ARENA y el FMLN, juntos reportaron gastos en campaña superiores a los 7 millones de dólares, pero un detalle, de esos 7 millones el FMLN probablemente no le gastó más nada a OBERMET , dado que a esa altura Bukele ya había sido expulsado del FMLN y seguramente los contratos de propaganda que en otros tiempos eran de exclusividad de los Bukele no existían más.
Qué es entonces lo que esto implica? Simple, implica que la facturación anual de OBERMET ha sufrido un revés muy grande al perder esas dos grandes cuentas. Implica igualmente que si Bukele no ejerce más ninguna función pública, sus socios comerciales tampoco tendrán acceso a jugosas licitaciones en lamparitas led de alumbrado, o cables, o jugosos contratos por la compra de motocicletas que la alcaldía de San Salvador le donó a la PNC para que cuidaran el centro histórico y así poder usarlo como más una vitrina publicitaria que pudiera catapultar su candidatura para la presidencia de El Salvador.
No hay que dejar de mencionar que ciertamente Bukele viene sufriendo todo tipo de bloqueo comercial por parte de la ANEP y sus asociados, de tal forma que su empresa no tenga acceso a contratos de publicidad, y así, si por un lado no consiguen minar su popularidad, le secan la fuente de ingresos de sus empresas para matarlo de sed.
Es igualmente sintomático sus frecuentas viajes a los Estados Unidos para pedirle dinero a la diáspora para financiar su campaña, ya que sabe que el salvadoreño residente en el país no tendría dinero para ello. Bukele también sabe que al haber creado un movimiento recientemente, no tiene acceso al dinero de la deuda política razón por la cual la campaña se la tendría que financiar, o con recursos propios o recursos de empresas donantes o de la población en general, pero como ya dijimos, esas puertas se han cerrado, restándole así hacerle promesas a la diáspora para que le financien su campaña política.
Entonces cuál es la salida para la empresa OBERMET S.A. de C.V.? Obvio, catapultar a Bukele a la presidencia para poder tener acceso a la chequera presidencial y poder así de esa manera, como todos los presidentes y partidos han hecho, desviar recursos públicos para sus propias empresas o para las empresas de sus asociados, haciendo para ello todo tipo de trucos con las licitaciones estatales. De no ser así, Bukele verá morir a por lo menos una de sus empresas lo que obviamente pondría en riesgo el bienestar financiero de los Bukele Ortez, así como también de otras empresas que se vienen alimentando durante todos esos años de los negocios que ese grupo hace con el estado salvadoreño y con el FMLN en el pasado.
Esto explica el desespero de Bukele por competir a la silla presidencial a como dé lugar, cueste lo que cueste. De no hacerlo será apenas una cuestión de tiempo para que el patrimonio acumulado por Armando Bukele padre (Q.E.P.D.) desaparezca. Esperar más tres años (para alcaldes y diputados) o más seis (para la presidencia) para poder competir por el movimiento Nuevas Ideas puede costarle a los Bukele el fin de las empresas de su familia, y ese es un lujo que los Bukele no pueden darse.