El martes 7 de septiembre fue un día negro para la administración Bukele. Aquello que de hecho constituía un hito en la historia del Bitcoin, ya que El Salvador se convertía en el primero país a adoptar el crypto activo como moneda de curso legal, se convirtió en un chasco de esos típicos de los videos que circulan en TikTok. Pero ojo, lo que sucedió el martes 7 era algo bastante previsible. En su afán por alcanzar protagonismo, Bukele se llenó la boca cuestionando al reportero inglés Peter Mccormack en ton arrogante "¿pero qué podría salir mal?", pero en realidad en el día "D" todo le salió mal a Bukele: la Chivo Wallet no funcionó o simplemente funcionó mal; los cajeros electrónicos tampoco funcionaron como se esperaba; una simple operación de compra y venta en la Chivo Wallet duró más de una hora para completarse; los vendedores de bienes y servicios no recibían los valores de sus ventas mientras que los compradores veían sus saldos disminuir sin saber a donde sus bitcoins habían ido a parar. La cosa se puso tan mal que muchas empresas le avisaron a sus clientes que aceptaban Bitcoin desde que no fuera através de la Chivo Wallet; pero no fue sólo eso, el riesgo país se disparó y los bonos de la deuda comenzaron a caer estrepitosamente.
La situación se le pone color de hormiga a Bukele, cada día más y más gente se va juntando al grupo de personas insatisfechas con lo que Bukele está haciendo con el país. La gente le dió el beneficio de la duda, y en un país donde la ley y el papel higiénico usado son la misma cosa, a la gente le dió igual que Bukele violara la ley, le dieron un cheque en blanco en busca de resultados los cúales hasta el presente momento brillan por su ausencia.
El resultado, a menos de 2 años y medio de gobierno no podría ser peor: cuentas públicas reventadas, riesgo país por las nubes, deuda pública en acelerado crecimiento, control absoluto del estado, violaciones reiteradas a la Constitución, corrupción, pactos inconfesables con las maras, nepotismo, saqueo del estado, falta de transparencia, pero la gota del agua ha sido la ley bitcoin. Sin hacer consultas y sin escuchar el desprecio de la gente para con esa ley, Bukele se lanzó al vacío con la Ley Bitcoin y ahora que todo le ha salido mal, principalmente con la Chivo Wallet que ha sido un verdadero chasco, levantarse de esa, recuperar la credibilidad de la gente en la wallet, conseguir convencer a la gente de que la volatilidad del Bitcoin es buena para el país, será una tarea hercúlea. Mientras tanto, y ante la ausencia de explicaciones, Bukele guarda silencio sepulcral y lo que antes era un triunfalismo napoleónico, ahora se ha convertido en un silencio ensordecedor.
En este momento el precio del Bitcoin se encuentra colgado de un hilo para que se desplome, según analistas el precio podría volver a los 30 mil dólares, que era su cotización apenas algunas semanas atrás. Si eso llegara a suceder los 25 millones de dinero público que Bukele invirtió en la compra de 500 unidades de Bitcoin se reducirían a 14 millones, generándole una pérdida al Estado de más de 11 millones de dólares. De igual forma, aquellos que recibieron los 30 dólares, o que cargaron sus wallets con dinero propio, o los comerciantes que recibieron cryptomoneda a precio alto, verían su saldo reducirse enormemente, y delante de ese cuadro sólo les quedarían dos salidas, asimilar las pérdidas o esperar que la cryptomoneda vuelva a subir para recuparse, pero ambas opciones, para un (micro) empresario, serían desastrosas. En la primera, tendrían que amargar pérdidas de casi 50%, y en la segunda tendrían que paralizar capital y esperar a que el valor del Bitcoin volviera a los valores a los cuáles ellos recibieron el crypto activo en sus wallets. Ya para el consumidor dicha situación podría generar una espiral inflacionaria ya que los empresarios, en su afán de recuperar pérdidas, aumentarían los precios de los bienes y servicios.
De darse ese escenario, el cúal es posible y probable, el fin de la aventura Bitcoin como moneda de curso legal estaría anunciado. Hoy por hoy una cosa es verdadera, el 7 de septiembre y la entrada en vigor de la Ley Bitcoin, han sido un auto gol, un tiro en el pié para Bukele, y considero que recuperarse de esta le costará mucho. Para que la Ley Bitcoin fuera un éxito el Bitcoin tendría que subir exponencialmente de tal forma que todos aquellos que compraran Bitcoin, incluído el gobierno, comenzaran a ver lucros extratosféricos en los saldos de sus carteras digitales. Sin embargo, la experiencia enseña que ese tipo de movimiento, aunque posible, no sucede todos los días; con los cripto activos el largo plazo y la paciencia son fundamentales para poder ver lucros y es por eso que el Bitcoin, como medio de pagos, que se efectuan en el corto e inmediato plazo, no es un buena opción ya que en el corto plazo las oscilaciones constantes en el precio acaban anulando los eventuales lucros o simplemente generan pérdidas las cuáles sólo se pueden recuperar en el mediano y largo plazo.
Contra todos los pronósticos Bukele lanzó el bienestar del país al casino del Bitcoin, la suerte está echada, veremos en los próximas semanas en que acaba todo esto.