2023 acaba
como el año en el que el golpe a la Constitución por parte de Nayib Bukele y su
ejército de aduladores se consolidó. Por su parte, Félix Ulloa acaba el año con
una mancha indeleble en su hoja de vida al defender la reelección inconstitucional
de Nayib Bukele, cosa que ambos, en el pasado, habían condenado.
El pueblo salvadoreño, hoy por hoy, y hasta que alguien pruebe lo contrario, estará
confirmando su apoyo a uno de los presidentes que de lejos ha cometido el mayor
número de ilegalidades imaginables con descaro y sin necesidad de esconderse, y
cuando ha considerado que la opinión pública no podría con tanto, ha declarado reservada
la información, contrario al espíritu de la Ley de Acceso a la Información. No hay
en este momento indicios de que cualquier candidato de la oposición sea capaz
de derrotar en las urnas al candidato a la reelección inconstitucional.
Creo que en
este momento cabe preguntarse, ¿está el pueblo votando por Nayib Bukele o contra
los partidos que en el pasado tanto daño le causaron al país, ya sea por el
despilfarro, el robo o su incapacidad de transformar el país en un país para
todos y no apenas para los que siempre han tenido acceso a todo y a todos los
privilegios en detrimento de las mayorías? ¿Está el pueblo dándole un voto de
confianza a Nayib Bukele o a los resultados obtenidos por el régimen de
excepción que ha tenido como consecuencia la reducción de la tasa de homicidios
y el fin casi completo de las extorsiones?
¿Son los
resultados del régimen de excepción sostenibles? Creemos que no, pero la gente
parece estar más preocupada con los resultados a corto plazo, aunque eso implique
graves violaciones a los derechos humanos de una minoría de la población, en
general habitantes de las áreas donde las pandillas mantenían el control.
¿Han sido
los partidos políticos de oposición incapaces de ofrecerle al país una
alternativa al proyecto político de Nayib Bukele o lo que estamos presenciando es el resultado
avasallador de una máquina de propaganda (con dinero público) infalible que ha
tenido como consecuencia un culto a la personalidad del candidato-presidente a
la reelección?
¿Qué pasará
al final del segundo mandato? ¿Se candidatará Bukele a reelecciones indefinidas
usando todo tipo de artificios inconstitucionales para hacerlo posible como lo
estamos presenciando en la vecina Nicaragua? ¿Se agotará el modelo Bukele?
Personalmente
considero que sí, el modelo se agotará en la medida en que la “magia” se acabe.
Bukele sabe que necesita urgentemente de fuentes de financiamiento que le
permitan continuar moviendo la varita mágica de las luces led, del régimen de
excepción, del financiamiento de los presupuestos desfinanciados, de los
contratos amañados con reserva de información.
Con el
control absoluto de los tres poderes por parte de Bukele y la ausencia de pesos
y contra pesos, en El Salvador los límites que la Constitución a través de las
cláusulas pétreas le imponía a aquellos que ostentasen la reelección han
fallado, o mejor dicho, estos límites han sido pisoteados por la ambición de
poder del clan Bukele y sus secuaces.
Creemos que
la historia tarda pero no olvida y que en su momento, como sucedió con el
dictador Martínez, el mismo pueblo que ha entronizado a Bukele y que está
dispuesto a darle un segundo mandato ilegal, también lo sacará de la silla, no
sino después que el estrago de la corrupción, el despilfarro, el irrespeto al
texto constitucional y al estado de derecho hayan avanzado en el país como un
cáncer, cáncer del cual el país conseguirá recuperarse con mucho sacrificio.
LA REDUCCIÓN
DE LOS MUNICIPIOS
2024 será
un año duro para mucha gente, en particular para los funcionarios de las
alcaldías que verán esfumarse, de la noche a la mañana, millares de empleos
municipales y junto con ello se irá la fuente de ingresos de millares de
familias. Igualmente, el país será palco y víctima de la inoperancia de los
nuevos municipios que se verán reducidos en un 84%. ¿Cómo reaccionará la gente
delante de esa situación que alcanzará a millares de familias y comprometerá el
funcionamiento, ya mediocre, de los municipios de Norte a Sur y de Este a Oeste
del país? ¿Será esto suficiente para que la gente entienda que han sido
engañados?
LAS PENSIONES
2023 fue el
año en que Bukele, delante de la pasividad de los trabajadores, aceleró el desfalco
de los fondos de pensión con una falsa reforma. Si antes los gobiernos de turno
les sacaban a los fondos una media de 500 millones de dólares por año para
pagar la deuda previsional, hasta noviembre de 2023 Bukele ya le sacó al fondo aproximadamente
1000 millones de dólares, pero ojo, eso sin pagar un solo centavo de la deuda
previsional al haber recibido un período de gracia de cuatro años bajo la
condición que aumentara la tasa de intereses que las AFP’s reciben anualmente
por prestarle dinero al gobierno.
DEUDA Y
FINANCIACIÓN DEL GASTO PÚBLICO
Y por
hablar en fuentes de financiación, como de todos es sabido (o por lo menos
debería serlo), las fuentes de financiación de la deuda pública se están
agotando y en este momento Bukele está comenzando a dar manotadas de ahogado.
Lanzó papeles de deuda a través de Fovial, una autónoma, los cuáles tuvo que
retirar del mercado ya que las tasas que los acreedores estaban dispuestos a
recibir eran superiores al 14% anual. De manera semejante, con la caída de
Dante Mossi del BCIE, la mayor fuente de financiación de Bukele, las cosas se
le ponen cuesta arriba al país y encontrar dinero barato junto a las multilaterales
no será una tarea fácil en 2024 después de que la candidatura a la presidencia
del BCIE del exministro de hacienda Alejandro Zelaya fracasara. Ahora Bukele ensaya
dos movimientos bastante audaces cuya probabilidad de fracaso es alta, estamos
hablando de la búsqueda de fondos a través de las visas libertad las cuáles
serían concedidas a almas generosas que estén dispuestas a donarle al país por
lo menos un millón de dólares. También, pocas semanas atrás, vimos resurgir de
las cenizas los natimuertos fondos volcán, y ahora Bukele promete que estos
serán lanzados en 2024, ¿crónica de un cuete soplado anunciada?
¿Qué opciones
le quedan a Bukele? ¿El FMI, el Banco Andino, lanzar papeles de deuda (cara) en
el mercado internacional de deuda? El primero no está dispuesto a financiar a
Bukele sin imponerle duras condiciones; el segundo, no le prestará todo lo que
necesita y el tercero le pedirá al país una prima de riesgo altísima. ¿Qué
resta? Acelerar el saqueo de las pensiones de los trabajadores, pero de los
4000 millones o menos que aún quedan, al paso que va Bukele, no le durarán más
de dos años y así, sin decir ni pío, los trabajadores verán sus pensiones irse
al carajo sin esperanzas de volver a ver ese dinero.
En un
malabarismo contable, Bukele separó la deuda pública del gobierno central de la
deuda previsional, y por los datos que encontramos en el portal de transparencia,
sumadas ambas cifras, 20852 millones de la deuda del gobierno central, más 9,406.55
millones de la deuda previsional, totalizando 30256 millones de dólares lo que
equivale a 89.35 del PIB, o sea, nos estamos acercando aceleradamente al 100% en
relación al PIB de la deuda pública, en otras palabras, todo lo que se produce
en un año estaría comprometido en deuda pública. ¿Qué es lo que eso implica? Considerando
que la deuda salvadoreña es deuda cara, el país está, desde ya, comprometiendo casi
2000 millones de dólares anuales sólo para pagar intereses, sin amortizar un tan
solo centavo. En términos prácticos eso quiere decir que la cartera del estado
donde más se gasta es el servicio de la deuda, más que en salud, educación o
infra estructura.
EDUCACIÓN
En el tema educación el país no sólo continua en atraso como está viendo
un retroceso acelerado en los indicadores de educación a nivel nacional e internacional.
En infraestructura, léase escuelas, tenemos noticia que estas continúan cayéndose
y el mayor logro del gobierno en el sector educativo ha sido una biblioteca
donada por China que no tiene libros y que se ha convertido más en una atracción
turística que en un acervo de conocimiento. ¿Y que fue de las prisiones que se
convertirían en universidades? No lo sabemos, apenas tenemos noticia de la
construcción de la mayor cárcel del mundo, el CICOT, que fue construida en tiempo
record mientras que las 14 universidades nacionales que construiría en cada departamento
continúan esperando el turno de los justos en la agenda del presidente
milenial.
LA SALUD
En el sector de salud el país continua esperando el famoso hospital con
heliporto que Bukele prometió cuando aún no había asumido la presidencia en 2019
después de pelear con los diputados porque querían dinero para un nuevo
edificio. El nuevo hospital Rosales continua brillando por su ausencia y el
hospital más grande del mundo, aquel que construyeron en las instalaciones de la
feria internacional, ya nadie habla al respecto.
INFRAESTRUCTURA
En lo que dice respecto a infraestructura, se han visto algunos avances,
como el periférico Claudia Lars y el paso a desnivel en el redondel
integración. Mientras tanto, el tren del pacífico, el aeropuerto de la Unión,
el monorriel, el metro de San Salvador, el viaducto de los chorros, entre otros
proyectos insignia prometidos en el plan Cuscatlán, parece que habrá que
esperarlos para el mandato 2024-2029. ¿Pero tendrá Bukele dinero suficiente para
financiar esas mega obras?
EL BITCOIN
Acabamos 2023 con el bitcoin a 42 mil dólares (aprox.) por lo cuál
Bukele acaba más un año sin acertarle a su previsión del bitcoin, primero en
2021 a 100 mil dólares y después su previsión para 2022 y 2023 a 200 mil
dólares la unidad del cripto activo. Hechas las cuentas, el proyecto Bitcoin, a
dos años de su lanzamiento no ha entregado lo que prometió, ni El Salvador se ha
convertido en un hub financiero del porte de Singapur, Londres o New York, ni
mucho menos los salvadoreños están usando la famosa chivo wallet que cayó en el
ostracismo y el desinterés de la gente desde que el bitcoin comenzó a perder
valor vertiginosamente en 2022.
LA ECONOMÍA
La inversión extranjera directa (IED), a pesar de haber presentado una sensible
recuperación el tercer semestre, continua muy por debajo de los números presentados
por los países vecinos, y si comparamos con Costa Rica, que ostenta una IED superior
a los 2000 millones en 2023, habrá que preguntarse que es lo que El Salvador
está haciendo mal para ser el último de fila en Centroamérica. Normalmente se
alega que los inversionistas buscan seguridad jurídica, ¿pero cómo explicar que
Nicaragua ostente números superiores a los mil millones en IED muy por encima
de El Salvador? Tengo una sospecha, inversionistas desconocen ideología, sólo
entienden de lucro y, en ese sentido, El Salvador con una economía dolarizada
se ha convertido en un país con altos costos para la producción y con un
salario mínimo superior a los vecinos próximos (Guatemala, Honduras y
Nicaragua), mientras que Costa Rica, con una sociedad más educada y con mayor
seguridad jurídica, es un destino natural en la región para atraer inversión de
gigantes como Intel, Microsoft o IBM, entre otras grandes empresas con sede en Costa
Rica.
Este último dato nos lleva al tema crecimiento económico, donde El
Salvador, más una vez, ostenta la última posición en la región. ¿A qué se debe
esto? En parte tiene que ver con la disminución en la demanda en el sector
maquila, pero lo poco que se ha crecido es gracias al aumento sostenido de las
remesas que ha garantizado el consumo, por un lado, y por el otro el sector de construcción
civil, uno de los que más crece en el país, también movido a remesas. Igualmente,
el sector turismo ha presentado fuertes mejoras superando este año los niveles anteriores
a la pandemia, o sea, de 2019. ¿Podría el país crecer más? Considero que sí
pero el crecimiento del país se ve limitado por el gobierno que compromete
grande parte del crédito disponible en la banca nacional para el pago de deuda.
Sólo en 2022 el gobierno le debía a los acreedores nacionales más de 2500
millones de dólares de los cuales 1500 millones, fueron renegociados y
convertidos en deuda de medio plazo. Los restantes 1000 millones, el gobierno
tuvo que pagar este año y para tal fin adquirió más deuda. En otras palabras,
el gobierno está retirando de la economía dinero que podría ser usado para
inversión en el sector privado y lo está usando para el servicio de la deuda. Si
el gobierno usara ese dinero para inversión en infraestructura el país presentaría
índices de crecimiento superiores a los actuales. Al pagar intereses superiores a los 8% anuales
en los LETES y CETES, el gobierno central acaba también encareciendo el
crédito. ¿Qué sentido tendría para los bancos prestar dinero en el sector
privado a un riesgo más alto y a tasas de intereses inferiores a las que el
gobierno le ofrece? En resumen, el gran villano del bajo crecimiento económico
en el país es hoy por hoy el gobierno.
EL PRESUPUESTO
Del proyecto del presupuesto para 2024, que asciende a 9000 millones, el
país puede financiar con recursos propios aproximadamente 7000 millones lo que
quiere decir que 2000 millones, que por cierto corresponden al pago del servicio
de la deuda, el gobierno tiene que conseguirlos en el mercado de deuda local,
ya sea en concepto de LETES y CETES, o junto a las multilaterales (crédito barato),
o extraerle a los fondos de pensión o simplemente ir al mercado internacional
de deuda donde tendría que pagar tasas de intereses prohibitivas para el país.
Con la potencial caída de la tasa de intereses en la Reserva Federal en Estados
Unidos buscar dinero en el mercado internacional de deuda podría convertirse nuevamente
en una opción para el gobierno Bukele, la pregunta es si los mercados estarían
dispuestos a financiar un gobierno botarata e irresponsable que tarde o
temprano podría tener que decretar una moratoria delante de la incapacidad para
honrar sus compromisos financieros.
Más un año bastará para la deuda pública alcance el 100% con relación al
PIB y de esa forma Bukele vea truncada su megalomanía y la realización de obras
de grande impacto mediático.
LOS DERECHOS HUMANOS
No podríamos finalizar este análisis sin mencionar la situación de los
derechos humanos en El Salvador. Casi 80 mil personas han sido encarceladas
desde el comienzo del régimen de excepción lo que ha convertido a El Salvador en
el país con la mayor densidad de población carcelaria del mundo. Casi 2% de la
población salvadoreña está presa y buena parte de esa población ha visto cerceado
su derecho al debido proceso. Cabe también mencionar que desde que comenzó el
régimen de excepción más de 200 personas han fallecido en los penales, de las
cuáles, hasta donde sabemos, a ninguna de ellas se les consiguió imputar
cualquier crimen. El gobierno Bukele es en este momento el mayor causante de
desplazamientos forzados tomando así el lugar de las pandillas. Ese gobierno ha
sido también uno de los causantes de desapariciones; los familiares de muchos
de los detenidos desconocen su paradero, no pueden visitar a sus parientes en las
prisiones y por la tanto tampoco pueden luchar junto a la justicia su
liberación.
PERSECUCIÓN POLÍTICA Y REPRESIÓN
Con la orden de prisión girada a varios ciudadanos, entre otros a Rubén
Zamora, el régimen extiende sus tentáculos hacia sus críticos y opositores avanzando
así más un poco en la consolidación de un régimen autoritario y dictatorial. 2024,
tras la consolidación (ilegal) en las urnas de las preferencias del electorado,
y a la espera de tiempos mucho más duros para el país a raíz de toda una serie
medidas que se esperan a partir del primero de mayo, en particular con lo
referente a la reducción en el número de municipios, se espera también un
recrudecimiento en el autoritarismo de un presidente que ilegalmente se reelegirá
contrario a lo que reza el texto constitucional. Así, el segundo mandado de
Bukele estará no sólo marcado por la ilegalidad como por un recrudecimiento de
la persecución política. Esa situación se verá agravada por la dificultad del
gobierno para conseguir financiación, pero también legitimidad. El
resentimiento social tiende al crecimiento, y en la medida en que el
descontento popular vaya en aumento así también lo hará la represión.
ELECCIONES 2024
Las elecciones 2024 se verán plagadas por una serie de anomalías, principalmente
el voto en el exterior no presencial por la vía de una app, proceso que ha sido
llevado a cabo con cero transparencia; y a dos días de comenzar el sufragio a
distancia el país desconoce los detalles sobre como eso será realizado, los
resultados de eventuales testes son desconocidos para la población y la
garantía de unas votaciones dentro de los patrones de legalidad, transparencia
y garantía de un sufragio sin fraude, están desde ya seriamente comprometidas.
¿Qué dirán los observadores y la comunidad internacional al respecto?
POLÍTICA EXTERIOR
En la esfera internacional el aislamiento político aumentará, resta
preguntarse si la OEA activará la carta democrática delante de los graves atropellos
al orden constitucional a raíz de la reelección; también cabe preguntarse si la
actitud de complacencia por parte del gobierno de los Estados Unidos hacia el
gobierno Bukele continuará o si el recrudecimiento de la persecución política
hará recular a Washington.
CONCLUSIÓN
El mal está hecho, el pueblo o las mayorías, encaminan el país hacia una
catástrofe anunciada. La corrupción, la matonería, la falta de transparencia, la
violación a los derechos humanos, el quiebre del orden constitucional y del
Estado de Derecho, han sido la marca del gobierno Bukele en los últimos cuatro
años y medio. La única esperanza para el país en este momento es que en la
medida en que la crisis vaya arreciando, el pueblo también vaya despertando de
tal forma que la insurrección popular se tome las calles y Bukele se vea obligado
a dejar el poder. Si eso no se configura dos escenarios se vislumbran para el
país: la orteguización de la realidad nacional, o el surgimiento de
grupos insurgentes que comiencen a buscar, por la vía armada, el fin del
régimen. Pero nada de eso se verá ya en 2024.
El futuro para el país es bastante incierto.
Edwin Lima