Friday, 15 March 2013

DE LAS MALVINAS AL GOLFO DE FONSECA


Después de haber recibido la “bendición” por parte de la administración Reagan en 1981 y aprovechando el internamiento hospitalar del teniente general Jorge Rafael Videla por causa de problemas cardíacos, Leopoldo Fortunato Galtieri, también militar, asume la presidencia de facto de la República Argentina en diciembre de 1981.

La dictadura militar que tuvo inicio en 1976 a raíz del golpe contra Isabel Perón se encontraba en 1981 ya en su ocaso. El descontento entre la población era generalizado, la represión era cruel y las medidas económicas tomadas por el gobierno militar no parecían surtir el efecto deseado, y con la inflación en ascenso y el PIB en el sentido contrario, la dictadura militar se desmoronaba. Galtieri entiende que necesitaban elevar la moral del régimen para evitar la transición democrática, emprendiendo así la llamada Operación Rosario desembarcando el 2 de abril en la Isla Soledad (parte de las Islas Malvinas) partiendo del presupuesto que el enemigo británico, por causa de la distancia, se vería imposibilitado de reaccionar a la investida militar argentina.

El pueblo vibra, el nacionalismo gana fuerza y la moral del régimen militar se eleva. El resto es historia, con la ayuda del régimen chileno de Augusto Pinochet, los británicos reaccionaron derrotando a los argentinos que se rindieron el 14 de junio de 1982. Los eventos en las Malvinas marcaron el comienzo del fin del régimen militar, obligando a Galtieri a que renunciara a la presidencia argentina el 17 de junio de 1982. En 1983 Raúl Alfonsín, que lideraba la oposición, asume la presidencia del país dando inicio de esa forma a la transición democrática.

Este relato encuentra su paralelo en la actual “crisis” que se ha generado con el hermano país Honduras, a raíz de las sutiles amenazas que el presidente Porfirio Lobo le hizo a nuestro país cuando exhortó al presidente Funes a “no permitir que se allane el camino a otros medios”. Por su parte, el ministro de defensa hondureño no quiso quedarse atrás de Lobo declarando que “…se ha hecho uso de los recursos para demostrar y ejercer el derecho que tiene Honduras de establecer su soberanía... Lo voy a seguir haciendo si es necesario para defender la soberanía nacional”.

Pero a pesar de las amenazas considero en este momento (ni nunca claro está) que ni El Salvador ni Honduras se podrían dar el lujo de iniciar otra “guerra del futbol” por causa del conflicto territorial con el Golfo de Fonseca. Pero entonces, ¿por qué tanto el presidente Lobo como su ministro de defensa engruesan el tono de las declaraciones llegando prácticamente a amenazar con agresiones militares a nuestro país? Las razones, a mi ver, son las mismas que tuvieron los militares argentinos al final de la dictadura en 1982 al ver el régimen sucumbir. Pero vamos a los hechos.

Honduras se encuentra en este momento en una situación verdaderamente crítica. Después del golpe de estado en 2009, la situación en los últimos cuatro años se ha deteriorado considerablemente, el país es considerado en este momento el más peligroso del mundo constituyendo uno de los puntos más importantes de tráfico de la droga que viene de Sudamérica con destino a los Estados Unidos. La policía ha perdido la credibilidad delante de la población y a muchos de sus miembros se les acusa de cobrar “rentas” a los ciudadanos para complementar sus salarios. Muchos periodistas, taxistas, policías y activistas  de causas homosexuales han sido asesinados. Y para empeorar la crisis el Legislativo destituyó cuatro magistrados de la Corte Suprema de Justicia que estaban obstaculizando al gobierno de Lobo al declarar inconstitucionales algunas leyes que habían sido aprobadas por el Congreso (cualquier semejanza con El Salvador es pura coincidencia).

El gobierno central enfrenta serias dificultades para pagar sus cuentas y las facturas sin pagar de los proveedores ya ascienden a 4% del PIB. Como si todo eso fuera poco, la agencia Moody bajó la clasificación de riesgo de la deuda hondureña para negativa empeorando así las posibilidades de conseguir financiamiento en el mercado.

Pero el tiro de gracia para la problemática hondureña le fue dado esta semana por el reporte del Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas que coloca a Honduras en la posición número 120 perdiendo apenas la última y penúltima posición en América Latina para Haití y Nicaragua que se encuentran en los puestos 161 y 129 respectivamente.

Delante de ese cuadro la credibilidad y la popularidad del gobierno de Porfirio Lobo andan por los suelos por lo cual no sorprende que ante un conflicto territorial que podría perfectamente ser resuelto por la vía del diálogo y de la diplomacia, en semejanza al dictador argentino en el caso de la guerra de las Malvinas, el presidente hondureño y su ministro de defensa opten por las amenazas apelando al nacionalismo de la gente para elevar la popularidad del gobierno levantando así una cortina de humo que busca ocultar los serios problemas internos que el país vecino enfrenta.

No creo que tales amenazas trasciendan a la agresión bélica pero considero ante todo que la vía del diálogo y la diplomacia deben anteceder a cualquier otro medio para resolver las diferencias entre los gobiernos hermanos centroamericanos. En este sentido, la postura pacifista y negociadora que el presidente Funes ha adoptado es más que oportuna y acertadísima ante las amenazas de su homólogo Porfirio Lobo.

Edwin Lima
Edwinlima.blogspot.com

Wednesday, 6 March 2013

BIENVENIDO COMANDANTE

Siéntese por favor, en un momento lo vienen a recoger para guiarlo y mostrarle su nueva morada. Hugo se sienta, está impaciente sin entender lo que está sucediendo, pasa una señora de blanco y asume que es alguna enfermera, no consigue entender como sus órdenes no fueron obedecidas y de repente le han llevado a un hospital que por lo visto no está en Cuba, y nada le lleva a creer que se encuentre en Venezuela. En seguida aparece su anfitrión, que por las vestimentas parece ser un padre. Buenas tardes Hugo, bienvenido, le dice. El comandante reacciona un poco asustado y le responde al padre: buenas tardes padre. Oscar, le dice, puede llamarme de Oscar, lo estábamos esperando ya hace algunas semanas, pero por razones que no son de mi conocimiento hubo algunos atrasos... Pero no importa, usted ha llegado finalmente.


Pero antes de más nada dígame padre, Oscar por favor- lo interrumpe el padre – donde estamos, necesito hablar con mi médico pero no estoy reconociendo a nadie en este lugar. No sé qué ha pasado, ¿estoy curado? Me siento perfectamente bien, incluso siento que el pelo me ha comenzado a crecer, mis pulmones los siento como los de un deportista profesional. ¿Qué me hicieron padre? ¿Cómo lo consiguieron? ¿Cuándo podré asumir la presidencia? Mi pueblo me necesita, necesito hablar con Maduro y con Cabello inmediatamente, tenemos que planear los próximos pasos, he sabido que devaluaron la moneda, sin consultarme, quiero saber que está pasando, y quiero saberlo inmediatamente. El padre sonríe con aquella sonrisa fraterna que siempre le fue característica y con voz mansa le responde, Hugo, necesitamos hablar seriamente, usted no se encuentra ni en Venezuela ni en Cuba. Mire Oscar, no me resta la menor duda, estuve viendo por la ventana y veo gente acá de todas las nacionalidades, de todos las razas y colores, necesito que alguien me diga urgentemente que está pasando. Esto me está pareciendo una fiesta de disfraces, o alguien me está jugando una broma de muy mal gusto. Acabé de ver pasar a Martí acompañado de Bolívar y parecía que tenían prisa, ¿dónde es la fiesta de disfraces? Oiga padre, su rostro me parece familiar, ¿nos conocemos? No lo creo, le responde el padre, pero seguramente ya vio fotos mías y muchos de sus amigos le hablaron de mí. Está bien, le responde Hugo, ya me contará quien es usted, pero juraría que lo he visto en otro lugar…

Hugo, necesito enseñarle como las cosas funcionan por acá, que es lo que tiene que hacer todos los días, donde están sus aposentos, pero también me gustaría decirle que a pesar de no correr ningún peligro acá es necesario que se mantenga alejado de determinados grupos. Igualmente hay mucha gente que lo está esperando, Ernesto, por ejemplo me ha venido preguntando por usted todos los días desde que supimos que ya venía para acá. ¿Ernesto? ¿De qué Ernesto está hablando? El médico Hugo, incluso se puso a la disposición caso usted quiera saber los detalles de su defunción. Hugo se puso blanco como un papel, ¿!de mi qué Oscar!? Le respondió exaltado. El padre lo miró fijamente a los ojos, Hugo comenzó a llorar desconsolado, no conseguía creer lo que estaba pasando. Oscar, esto no es justo, ¿quien fue que autorizó mi partida? Mi misión no estaba completa, yo necesito hablar con el superior de este lugar, yo tengo que volver Oscar, no me puedo quedar acá por más un segundo siquiera. Lo siento Hugo, eso es imposible, hicimos lo que pudimos, retardamos su partida en dos años, la orden era que usted debería haber llegado acá hace dos años pero Bolívar y Martí insistieron, Ernesto y Camilo también apelaron a las instancias superiores para mantenerlo en Venezuela lo máximo posible. Handal también habló conmigo, fue bastante convincente, hablaba del Alba, que ese proyecto no podía parar, que podría comprometer las próximas elecciones en El Salvador, pero infelizmente en este lugar no dependemos de campañas, órdenes son órdenes, este lugar no es muy democrático, pero bien, es lo que hay, por lo menos acá no hace calor…

Venga, acompáñeme. Hugo se levantó ya comenzando a aceptar que no había más que hacer y a esa altura estaba claro donde se encontraba. Pero dígame Oscar, y usted ¿cómo y cuando vino a parar aquí? Usted lo sabe Hugo, ya le deben haber contado. ¿Está viendo aquel señor en la esquina? Ese es Roberto, él fue responsable por mi muerte, y aún será juzgado, mientras tanto no hay día en que no me persiga, él aún cree que puede eliminarme de una vez por todas, no se convence que aquí la muerte no puede más contra nosotros. Mire quien viene ahí, Ernesto, como estás, llegó nuestro nuevo vecino. Ernesto abrazó a Hugo como quien abraza un hermano. Hugo ché, ¿como estás? ¿Hace rato que llegaste? ¿Cómo está Fidel? ¿Y Raul que tal? Tenemos mucho de que hablar, quiero que me lo contés todo, como está mi querida Cuba, ¿viste a mi familia antes de venirte? Los extraño a todos, antes de irme a Bolivia me despedí de todos, pero la verdad que esperaba volver, pero ya ves, cuando acá te llaman estás jodido, no hay forma de regresar y acá estamos todos. Hugo no lo podía creer, estaba delante del legendario Ernesto Guevara. Mirá che, ¿ves aquel avión volando? Es Camilo, no ha parado de pilotar desde que llegó, es que él cree que aún va a encontrar la ruta de vuelta, no se convence que esto acá no tiene vuelta… Oscar los interrumpió porque aún tenía mucho que enseñarle al nuevo huésped, Ernesto se despidió con un beso, como suelen hacerlo los argentinos, pero se pusieron de acuerdo para tomarse un café después.

Oscar continuó. Hugo, acá, como en cualquier lugar, hay grupos, ¿ve aquel grupo allá? El que está de espaldas es Augusto, y quien está hablando con él es Franco, que llegó acá algunos años antes que yo, ese es el grupo de los dictadores, a veces se reúnen todos, salvadoreños, brasileños, argentinos, africanos, ahí llega de todo, ya intentaron dar un golpe acá, a veces se juntan con los genocidas, la verdad que se confunde los dos grupos… vea hacia atrás disimuladamente, Roberto nos viene siguiendo desde hace media hora, como le dije, no se aparta de mí.

Y esos niños Oscar, ¿quiénes son? Bueno, ahí hay de todo un poco, desde los primogénitos de Egipto que el todopoderoso mandó a matar hasta los niños de la persecución de Herodes cuando andaba buscando al Cristo para asesinarlo; tenemos también niños de la dictadura Argentina, de la guerra salvadoreña que los militares asesinaron en el Mozote, millares de niños que mueren de desnutrición, los hay de todas partes del mundo, de América Latina hay casi de todos los países.

Y aquel otro grupo allá Oscar, quienes son, esos no tiene cara de buenos amigos. Bueno, ese es uno de los grupos más peligrosos que tenemos acá, ahí tiene usted torturadores, genocidas, asesinos a sueldo, Hittler es el líder, muchos militares también se reúnen con ellos, agentes  de la CIA y de la KGB, está el grupo de los paramilitares de las diferentes dictaduras en América Latina, los escuadroneros de mi país, constan también algunos genocidas de Ruanda, Cambodia, la URSS, es un lista muy grande, más adelante tendrá usted el placer, si se le puede llamar así, de conocerlos, tendrá una eternidad para ello... Hugo lo miró con aire de angustia sólo de pensar en la eternidad.

Pero dígame Hugo, ¿dejó todo listo para continuar la revolución bolivariana? Hugo miró hacia el suelo sin saber que responder, no podía ocultar la cara de angustia. No padre, perdón, no Oscar, aunque mi preferencia siempre fue para Maduro, no creo que él esté preparado para asumir las riendas del poder, mucho menos para darle continuidad al socialismo del siglo XXI. Aparte de ello, tengo miedo con Cabello, él es el presidente de la Asamblea, pero también representa los intereses de las fuerzas armadas, yo soy militar Oscar, y sé de los peligros que las Fuerzas Armadas pueden representar en una situación como en la que se encuentra Venezuela en este momento. Yo mismo intenté dar un golpe, pero también sufrí un golpe, ambos fracasaron. Yo sé que me equivoqué Oscar, centralicé demasiado el poder y ahora Venezuela pagará las consecuencias, no creo realmente que Maduro esté listo para darle continuidad al proyecto bolivariano. Tenemos aún la oposición, la derecha, que como en todas partes, es carnívora, no me dejaron en paz ni un segundo durante los 15 años que goberné. Tenemos problemas muy serios que se me escaparon de las manos, de manera particular la inflación y la violencia, la teoría siempre me dijo que la violencia la controlaríamos cuando hubiera más estabilidad social, y a pesar de haber disminuido la pobreza considerablemente continuamos con un país muy violento. En el área económica nos ayudaron los altísimos precios del petróleo y fue con ese dinero que conseguimos hacer política social, ya que, como usted debe saber, la derecha ni en mi país ni en ningún lugar le gusta pagar impuestos. Me preocupa también la situación en Cuba, ¿qué es lo que Raúl va a hacer sin el petróleo que le mandamos todos los meses? La revolución no puede parar Oscar, está Evo y Correa también que de una forma u otra, un poco más, un poco menos, también dependen del proyecto bolivariano, están otros países que también depended de Alba Petróleos y Petrocaribe, Venezuela no puede darse el lujo de parar con esos proyectos, sería un retroceso demasiado grande para América Latina. Lo sé, respondió el padre, pero por lo que ha llegado hasta acá y usted me lo confirma, nadie está seguro que Maduro o Cabello estén listos para darle continuidad a su proyecto, y es justamente ese el problema, que era su proyecto Hugo, un proyecto que giraba en torno de su persona y de su liderazgo, lamentablemente. No de balde se le conocía como “el chavismo”.

Cambiando de tema Oscar, hay rumores que mi cáncer no fue accidental, que puede haber mano imperialista, no es coincidencia que Cristina, Lula y Dilma también hayan sufrido del mismo mal, pero ellos tuvieron la suerte de  no haber venido a parar hasta aquí a raíz de la enfermedad. ¿Qué están haciendo ustedes acá para investigar eso? ¿Saben algo ustedes que nosotros no sepamos? Hugo, acá todo se sabe, acá no hay nada encubierto, o por lo menos las instancias superiores sí que lo saben, a nosotros ni siempre nos cuentan, yo sé que vienen investigando eso desde hace tiempo, pero no nos han querido decir nada, sus razones tendrán…

Y dígame padre, ¿por qué hacen esas cosas acá? A Ernesto no lo dejaron  completar su trabajo en Bolivia. Marx dejó su obra inacabada, Camilo era un gran elemento, pero ni siquiera el cuerpo encontraron, ¿cómo se explica eso Oscar? Mire Hugo, ¿usted cree que yo vine a parar aquí por libre y espontánea voluntad? Usted no sabe cuánto yo sufrí por mi pueblo, salí de allá cuando comenzó la guerra, quise volver, luché para que me dejaran volver, pero no lo permitieron. Muchos años después llegó Juan Pablo con quien pedí una audiencia así que llegó, tenía muchas cosas que conversar con él. Cuando aún en vida obviamente, Juan Pablo me ofreció un cargo en el Vaticano a cambio de mi silencio contra las injusticias. Usted sabe que Juan es uno de los grandes responsables por el fin del comunismo y él, junto con Ratzinger, comenzaron una caza a las brujas en todo el mundo; persiguieron a los teólogos de la liberación, a unos los silenciaron, a otros los expulsaron de la iglesia, pero muchos continúan luchando en medio del pueblo, renunciaron a toda la pompa y gloria que ellos tienen en el Vaticano; Juan Pablo y muchos otros me lo advirtieron, renuncie a esa lucha o lo van a matar; el gobierno también me lo pidió, cállese me decían, que lo van a matar. 8 años después les tocó a mis hermanos jesuitas a quienes los asesinaron a sangre fría. Son opciones que uno hace Hugo, es el precio que se tiene que pagar cuando se escoge el lado de los pobres, y usted también escogió servirle a los pobres, usar la riqueza del país para darle de comer a su gente, y era por eso que la derecha de su país y los Estados Unidos lo odiaban, y bueno, acá está usted también, junto a nosotros.

Cambiando de tema Oscar, trabajan, forman familia, ¿qué hacen acá? En primer lugar Hugo, acá no hay preocupación con trabajo, dinero, salud o muerte, mucho menos con desigualdades o cosas parecidas. Más tarde lo llevaré para que vea donde nos reunimos todas las tardes, siempre llega gente de todas partes, unos practican deportes, más algunos hablan horas y horas, pero la gran mayoría se dedica a la lectura, todo mundo quiere entender la historia, no como se las contaron mas como realmente sucedió, y cuando tienen dudas, cuando algo no les queda claro pues es fácil, basta buscar a los propios actores, a veces toma tiempo encontrarlos entre tanta gente y entre tanto compromiso, pero siempre se pueden encontrar. Algunos no quieren decir la verdad, se resisten a decir lo que realmente pasó, pero acá la mentira no tiene lugar, y si de algo lo acusaron cuando en vida, acá se sabrá si es verdad.

Hugo, llegamos, este es su aposento, acá tiene una cama, una mesa y una computadora para informarse de lo que pasa en el mundo. El email es apenas de uso interno, cualquier intento de comunicación con el mundo será en vano, nuestra red IP no se comunica con la red terrestre. No se preocupe con sus archivos, están todos almacenados en la nube. Revise su agenda que ya está bastante llena, mucha gente quiere hacerle preguntas, Marx quiere hablar con usted seriamente sobre su “socialismo del siglo XXI”, y Schafik, que ya está con nosotros hace unos años me dijo que son amigos por lo cual me tomé la libertad de agendarle una cita con él. Marcial también quiere hablar con usted, le sugerí agendarlo el mismo día con Schafik, me pareció una buena idea, afinal amigos dije yo, pero después de decirme que podía ese día, cuando mencioné a Schafik se acordó de otro compromiso y me dijo que no podía... Ah, por cierto Hugo, así que se conecte a la red tendrá que llenar un formulario, me tomé la libertad de llenarlo por usted, pero sobre la fecha y local de su muerte no tuve certeza por lo cual le pido que llene usted mismo esos campos... Disfrute su estancia en su nueva morada, si necesita de algo o tiene alguna duda puede llamarme o enviar email, mis datos de contacto están en su mesa. Bienvenido comandante, buenas noches.  Buenas noches padre, gracias por todo.

Edwin Lima
edwinlima.blogspot.com