A cinco años del primer gobierno de izquierda no creo que existan muchos motivos para celebrar. El país que Salvador y Oscar están recibiendo no es necesariamente mejor que el que Funes recibió de Tony Saca y, a apesar de las conquistas en el área social, Funes no tuvo ni el deseo ni el coraje de tocar las bases estructurales del atraso que fueron lanzadas durante casi 200 años por los gobiernos de derecha, y en particular por los últimos 4 gobiernos de ARENA que dejaron al país de rodillas.
Dicho esto, expongo a seguir lo que considero serán los (grandes) desafíos inmediatos que el Gobierno del Cambio II tendrá que enfrentar a partir del día 2 de junio:
1. El gobierno comienza con una crisis de seguridad pública, fruto de la criminalidad generada por las maras y el crimen organizado, problemática heredada de los gobiernos de ARENA, y que el Gobierno del Cambio I intentó contener con la famosa tregua la cuál ahora le estalla en las manos al gobierno de Salvador.
2. El programa del nuevo gobierno nace desfinanciado, simplemente no hay recursos, el país es rehén de una deuda galopante que le consume 1000 millones de dólares al año en concepto de intereses, esto sin amortizar un solo centavo. En el gobierno de Funes la deuda aumentó más de 5000 millones alcanzando la proporción de 60% del PIB, saliendo de los 10340 millones que ARENA acumuló durante 20 años para más de 15000 millones al final del mandato de Funes.
3. Está próxima para vencer una deuda de 1150 millones dólares que el gobierno está planeando reconvertir (usar deuda para pagar deuda existente) através de un nuevo préstamo, pero esto sólo será posible si el gobierno de Salvador se deja chantajear por la oposición para conseguir los votos necesarios para aprobar el nuevo préstamo. Así, el gobierno se encuentra entre la espada y la pared, entre el chantaje de la oposición o la moratoria caso no acepte las condiciones de la oposición para dar los votos.
4. Para poder financiar el presupuesto y reducir el déficit el gobierno intenta aprobar una reforma fiscal y, más una vez, está a merced de la oposición para su aprobación.
5. La otra forma de reducir el déficit fiscal es a través de cortes masivos en el gasto público. ¿Pero de dónde van a cortar ese dinero? ¿Y cómo harán para invertir y cumplir así las promesas de campaña?
6. Según estimativas del Banco Mundial no hay en los próximos tres años perspectivas de crecimiento de la economía al ritmo que sería necesario para poder generar más empleo, aumentar la recaudación y por consecuencia aliviar el déficit fiscal. Delante de ese cuadro, ¿qué planes tiene el gobierno para reactivar la economía?
Si el gobierno de Salvador y Oscar le da continuidad a las políticas de Funes, tanto en seguridad como en el área económica, no podemos esperar que los resultados sean diferentes de los alcanzados por la actual administración. Estas áreas son cruciales para el éxito del nuevo gobierno, y no es coincidencia que en la encuesta de la UCA la gente las apuntó como deficitarias.
Edwin Lima
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