Tuesday, 3 April 2018

ES EL VOTO UNA FORMA DE LUCHA VÁLIDA?

El cuatro de marzo de 2018 pasó a la historia como el día en que el pueblo le pasó la factura al FMLN por querer hacerlo de tonto y pretender que se pueden hacer cambios en el país sin cuestionar el estatus quo de los poderosos. La derrota electoral fue de dimensiones inimaginables y superó todas las expectativas y las encuestas previas al pleito electoral.
Sin embargo, ahora que la polvareda se ha asentado y que ya está claro que la cúpula del FMLN no está dispuesta a abrirle espacios a nuevos líderes que eventualmente puedan traer vientos de cambios al partido otrora de izquierda, cabe preguntarse, pero a final de cuentas, qué ganó el pueblo con esa derrota electoral que sufrió el FMLN, cuando vemos que el gran victorioso de las elecciones fue en realidad ARENA? Por mucho que querramos relativizar el triunfo del partido tricolor, el hecho concreto es que hechas las cuentas ARENA está con la llave de la mayoría calificada en la Asamblea Legislativa, y este último año de gobierno el FMLN la tiene cuesta arriba. Cualquier préstamo, cuálquier viaje, proyecto de ley, etc que quieran pasar por la Asamblea legislativa, el partido tricolor se las pondrá difícil, y si las cosas ya eran difíciles antes del cuatro de marzo, ahora simplemente se pusieron cabronas.
Intermezzo: quien consiguió llegar al segundo párrafo y ya comenzó a putearme por creer que yo estoy defendiendo el voto, sí o sí, se equivocó y lo invito a que siga leyendo.
Considero en lo personal que el voto, sea este nulo o por alguna de las opciones partidarias, no constituye una forma de lucha en la coyuntura actual. Y por qué no? Pues es relativamente simple, si usted vota, ganará un partido o el otro, y siendo este el menos peor, o el peor, usted siempre saldrá perdiendo, porque quien está en la papelata no representa los intereses del pueblo, antes sí, representa los intereses de los poderes fácticos, de los verdaderos dueños del poder, que son quienes debajo de la mesas deciden el futuro de la nación.
Si usted se siente un ciudadano conciente porque fue a votar, pues le cuento, los dueños de la finca se lo agradecen mucho porque legitimó el embuste electoral del pasado 4 de marzo. Pero si al contrario, usted se cree un revolucionario porque fue a dejarles una reverenda puteada en la papeleta a los políticos, pues también le cuento, sin duda usted afectó a su partido favorito con un voto de castigo, pero hechas las cuentas, usted también salió perdiendo.
Ah, me dirá usted, con todo un aire de arrogancia e intelectualidad, pero con mi voto de castigo estoy forzando a las cúpulas partidarias a mudar el curso del viaje, a dar un golpe de timón, a renovarse, a pensar realmente en los intereses del pueblo. Pues le cuento, a dos semanas de la cachimbeada electoral usted ya debería haberse dado cuenta que no es exactamente así, y que en particular la cúpula del FMLN lo tiene muy claro: "los dueños de este changarro somos nosotros, le duela a quien le duela".
Pero apesar de todo mi esfuerzo argumentativo, más de alguno dirá que la partidocracia sufrió un gran golpe al haber visto un aumento exponencial en el ausentismo, abstensionismo y el voto nulo. Pero de igual manera le recuerdo, siempre hubo un ganador, y a ese ganador le importa poco si jugó bonito o hizo el ridículo en el campo, ganó, punto final.
Si compararamos la dinámica política a un viaje, el voto es el fin del viaje, y ese viaje fue planeado con mucha anticipación por quien tiene intereses en la administración de la cosa pública. Y le cuento, usted que me está leyendo probablemente no hizo parte de la planificación de ese viaje, apenas lo llamaron para que legitimara la farsa política electoral, a la que usted, bovinamente se hizo presente como verdadero ciudadano o como un gran revolucionario, pero la verdad es que sus intereses no están allá representados.
Así, por tanto, he intentado demostrarle que su voto o la ausencia de él, por muy bien intencionado que pueda ser carece de representatividad en las esferas del poder, y la única manera como se puede vislumbrar un cambio a mediano-largo plazo, es la organización. Es necesario repensar las formas de lucha, definir la agenda política, pensar en un proyecto de largo plazo para el país y buscar, a partir de ese punto, que los intereses del pueblo, del verdadero pueblo salvadoreño, puedan ser representados en la toma de decisiones de la nación.
Esto requiere de organización pero también y escencialmente demanda de representatividad de los más diversos niveles del tejido social salvadoreño. La organización no es algo que se da en las redes sociales, aunque esto pueda constituir una herramienta útil, la organizacion demanda un esfuerzo conjunto de los diferentes agentes sociales, de observar la realidad y raciocinar a partir de ella y dentro de ella. Entender los tiempos y la coyuntura para poder interpretar la realidad es fundamental. Entender que un proyecto que no surja del seno del pueblo, que carezca de representatividad, es un proyecto natimorto. Es necesario repensar el país, es necesario que paremos para pensar lo que queremos para El Salvador y para las futuras generaciones para los próximos cincuenta años, pero esto es un esfuerzo conjunto, no un concurso de egos ni de obras de impacto que no tocan las estructuras del poder.
El llamado para organizarse al margen de los partidos hegemónicos y más allá del voto, es para todos. Pensar que se pueden derrotar a las cúpulas partidarias usando como herramienta única y exclusivamente el voto, es inocencia. La definición de una agenda donde los intereses del pueblo estén representados sólo será posible por y a partir del pueblo, pero para eso es urgente comenzar de nuevo, aprovechando sí las experiencias pasadas pero cuidando de no cometer los mismos errores, y es por eso que las arcaicas estructuras partidarias, tanto las que surgen en el seno de la guerra civil, como las que son resultado de ella, no cumplen los requisitos de este recomienzo. Repensar el país desde un nuevo orden, y no desde las viejas estructuras de poder sólo será posible cuando entendamos que sin organización popular no hay camino.
Como último pensamiento quiero decir que es un imperativo entender la diferencia entre un proyecto de poder y un proyecto de nación. La organización se basa en un proyecto de nación y no impone como condición "sine qua non" la toma del poder sí o sí, incluso porque la dinámica de las negociaciones en las esferas del poder no necesariamente atiende a los intereses del pueblo. La organización popular, sin necesariamente estar en el poder, es un imperativo, y aunque la toma del poder (sea por la vía democrática o através de la vía revolucionaria) no se excluye de este proceso, un pueblo organizado sin estar necesariamente representado através de un partido en el Ejecutivo o en el Legislativo es mucho más importante para las las transformaciones sociales del país.

Monday, 2 April 2018

Deuda pública y crisis fiscal



En el año 2009 Mauricio Funes recibe el país con una deuda pública total equivalente a 10371 millones de dólares, deuda heredada de los últimos cuatro gobiernos areneros. En diciembre de 2010 la deuda total ya había ascendido a 11778 millones de dólares, o sea, en apenas un año y medio Mauricio Funes había aumentado la deuda pública, contrario a lo que el FMLN criticó durante los años anteriores, en más de mil millones dólares.

La deuda actual se encuentra en aproximadamente, a febrero de 2018, 18629 millones dólares, en otras palabras, en casi 9 años del gobierno del FMLN la deuda pública ha casi duplicado su valor desde que recibieron las riendas del país en 2009, alcanzando un crecimiento del 80% respecto al valor de junio de 2009.

Si hacemos una predicción lineal simple, descubrimos que a cada mes la deuda crecería aproximadamente 78 millones de dólares. Si proyectamos ese valor por los próximos 72 meses, o sea, el último año de esta administración, más los próximos cinco años de la siguiente administración, llegaríamos a una predicción de la deuda pública equivalente a 24296.84 millones, lo que en proporción al PIB actual estaríamos hablando de una deuda que sobrepasaría el 100% del PIB.

Pero que es lo que eso implica para el país? Si imaginamos una tasa de intereses media sobre la deuda de aproximadamente 6% a.a., significaría que dentro de cinco años estaríamos pagando un servicio de la deuda (amortización a capital + intereseses) que ascendería a 1457 millones al año. Si tomáramos como base el presupuesto de nación del año corriente(2018), nos daríamos cuenta que actualmente el gobierno central ha hecho una reserva presupuestaria de 940 millones para la cartera de educación, 416 millones para Justicia y Seguridad y 112.6 para el Ministerio Público, lo que equivale a 1468 millones de dólares; en otras palabras, estaríamos pagando en servicio de la deuda lo que el país gasta en educación, seguridad y ministério público. Pregunto, puede un país avanzar cuando gasta más en pago de deuda que en áreas tan importantes como las mencionadas? La respuesta se la dejo al lector.

Si observamos los ingresos de país recaudados hasta diciembre de 2017 notamos que el país percibió 4411.7 millones de dólares, sin embargo el presupuesto aprobado es del orden de 5467.6 millones, lo que significa que el presupuesto aprobado ya nació desfinanciado en un poco más de mil millones de dólares.

Qué es lo que eso implica para el país? Implica que para cubrir ese desfinanciamiento, se usará deuda de corto plazo, léase emisión de letras del tesoro (LETES), que al final del ejercicio fiscal serán convertidas en deuda de largo plazo (más préstamos), y así se dará continuidad a la bola de nieve de la deuda pública que a cada día que pasa se convierte más en una avalancha.

Cuál es la consecuencia de ese descalabro fiscal? Eso implica que tarde o temprano el "mercado" dejará de confiar en el país y no le prestará más dinero, el país recurrirá al FMI que por su vez lo forzará, ya sea a aumentar los impuestos o a disminuir el gasto, o ambos. Entre los impuestos que el FMI recomendó aumentar se encuentra el IVA, que penaliza el trabajo y la creación de un impuesto territorial.

Pero, hay alternativas? Sí las hay, aunque estas huyen de la ortodoxia económica y tendrían implicaciones políticas a corto plazo, lo que quiere decir que el FMLN no se jugará esa carta y continuará endeudando el país como lo ha venido haciendo en los últimos 9 años.

De qué alternativas estaríamos hablando? Veamos:

1. Declaración de una moratoria para forzar a una renegociación de la deuda.
2. Seguido de congelamiento de la tasa de intereses por los próximos diez años de tal forma que el país consiga, en lugar de pagar intereses, amortizar deuda e invertir en la gente.
3. Pedido parcial de condonación de la deuda junto a los organismos multilaterales.
4. Creación de empresas estatales (haciendo uso del congelamiento de la tasa de intereses) que le generen lucros al país para poder así aumentar los ingresos, que hoy por hoy son casi que exclusivamente tributarios, después que ARENA vendió los pocas empresas estatales que el país poseía.
5. Lo de siempre, persecución de los evasores del fisco e implementación de medidas que le posibiliten al fisco recuperar los tributos evadidos.
6. Revisión de los acuerdos de libre comercio firmados en particular con los Estados Unidos.
7. Como consecuencia de ello, creación de una política industrial que tenga como objetivo aumentar la generación de riqueza através de una política de sustitución de importaciones por producción local.
8. Busca de mercados internacionales a donde el país pueda vender sus excedentes de producción.
9. Reactivación y modernización del agro a raiz de lo citado en el item 6.


Estas medidas atacan la problemática fiscal desde tres perspectivas diferentes:
1. Desde la perspectiva de la deuda.
2. Desde la perspectiva de la recaudación fiscal (combate a la elusión y evasión fiscales).
3. Desde el incremento de la productividad nacional para aumentar así el PIB y como consecuencia natural la recaudación fiscal.

Pero estas medidas también implican una re-ingeniería del aparato del Estado y fortalecimiento de las instituciones para poder combatir la corrupción, dinamizar los procesos estatales, aumentar la eficiencia, disminuir y optimizar el uso de los recursos del Estado.

Todo esto pasa muy lejos de las medidas cosméticas anunciadas por el gobierno cuyo único objetivo es arriar el ganado de vuelta al FMLN para poder asegurar la elección presidencial de 2019.

Pero la pregunta fundamental es, existe un candidato/partido/proyecto dispuesto a cambiar el curso actual de movimiento del país, o tienen todos los candidatos que se perfilan para la presidencia apenas como único objetivo la administración de la crisis?

Edwin Lima

Fuentes:
1 . Ingresos del país: http://www.transparenciafiscal.gob.sv/downloads/pdf/700-DPEF-IF-2017-00012.pdf

2. Presupuesto de nación: http://www.transparenciafiscal.gob.sv/downloads/pdf/700-DGP-GA-2018-00001.pdf

3. https://edwinlima.blogspot.nl/2013/06/4-anos-saludando-con-sombrero-ajeno.html

4.  Deuda pública: http://www.bcr.gob.sv/bcrsite/?cdr=9&lang=es



















5. Terminología: https://www.zonaeconomica.com/servicio-deuda