Al asumir la presidencia 15 meses atrás Nayib Bukele lanza con bombo y platillo el plan control territorial con sus diversas fases que en teoría llevarían al país a niveles de seguridad inimaginables en las administraciones anteriores, apenas comparables con los resultados obtenidos en la administración de Mauricio Funes através de la así llamada tregua entre las pandillas, sobre la cual el gobierno se presentaba como un facilitador y no como negociador de un pacto con las pandillas. Pero la historia mostró lo contrario y cuando el Faro hizo la denuncia de la existencia de una tregua, aunque Mauricio insistiera en su versión de ser apenas un facilitador, poco tiempo fue necesario para que saliera a la luz lo que realmente sucedía detrás de las cortinas y como el gobierno le había dado privilegios a los líderes pandilleros en las prisiones para poder así disminuir el número de asesinatos que ponían al país en los primeros lugares de violencia en el mundo(1).
Ahora el milagro se repite y, como Funes, Nayib Bukele intenta convencer al país que su plan territorial estaba dando resultados impresionantes sin que dijera el nombre del santo, apenas nos hablaba del milagro. Pero en política los milagros no existen y tarde o temprano las cosas salen a la luz. Cualquier persona que conozca un poco del modus operandi de las pandillas sabe perfectamente que esas organizaciones son territoriales y que las muertes son el medio que ellas usan para proteger su territorio o defender sus intereses (las extorsiones por ejemplo). Por lo cuál aquí no hay magia, las manos duras y super duras apenas recrudecieron las violencia en las administraciones areneras y de igual forma en los gobiernos del FMLN la militarización de la seguridad pública que en poco o nada se diferenciaba de las manos duras areneras tampoco dió los resultados deseados por la simple razón que una organización violenta sólo conoce una manera de reaccionar ante la violencia, con más violencia.
Esto lo dijimos desde que el número de crímenes comenzó a bajar y estaba claro que había un acuerdo entre las pandillas y Bukele, lo que el Faro y su periodismo investigativo nos ayudó a entender mejor.
Pero qué implicaciones tiene este descubrimiento en la gobernabilidad por un lado, y en la reputación de Bukele por el otro lado? En la gobernabilidad tiene implicaciones inicialmente a nivel interno y externo. Interno, porque el mismo que condenó al FMLN en particular llamándoles de "mil veces malditos" por los acuerdos que hicieron con las pandillas cuando estaban en el poder, ahora resulta que también ha pactado con la MS-13 lo que pone en entredicho su estrategia electoral para 2021 y su honestidad como gobernante. Externamente su reputación delante de la comunidad internacional, que ya estaba maculada por sus desplantes autoritarios, en particular el del nueve de febrero, cae más aún. Las acusaciones de Bukele contra el Faro, de que está mintiendo y que sus denuncias no se sostienen chocaron contra el muro de la prensa internacional, desde el Washington Post, Al-Jazeera, Deutsche Welle, El País, entre otros, dan fé al Faro que la investigación es seria y que goza de credibilidad de los medios de comunicación con más reputación en el mundo, credibilidad de la cual Bukele definitivamente no goza más.
Sin embargo, aún con toda la avalancha de denuncias - sólo en el Tribunal de Ética Gubernamental hay 125 - la popularidad de Bukele continua en alta, veremos qué pasa en la próxima encuesta de opinión, una antes de que oficialmente comience la campaña electoral.
Pero hablemos del fiscal general que la tiene color de hormiga. Si no investiga el caso de Bukele como está investigando lo de la tregua de Funes, como quedaría su credibilidad que ya anda bastante dañada? Y si lo hace, como quedaría la situación del gobierno Bukele, el que llamó de mil veces malditos a los que negociaron con las pandillas antes?
En lo que dice respecto a las cuentas públicas la situación fiscal del país apenas tiende a empeorar a cada día que pasa, fomilenio está en riesgo y la eventual llegada de Joe Biden a la Casa Blanca apenas tiende a empeorar la situación del gobierno Bukele, quien perdería a su padrino fascista en Washington. El primer test será con el presupuesto 2021, las cuentas de país están precarias, el país necesitará no menos de 1000 millones para completar el presupuesto de nación, de dónde saldrá ese dinero? Estará el mercado dispuesto a financiarlo más una vez con un país cuya deuda está aproximándose de los 100% del PIB? Caso afirmativo, a qué costo?
Y para concluir, qué dirían las encuestas de opinión en este momento si las elecciones fueran hoy? Al gobierno Bukele le está lloviendo por todas partes, los escándalos de corrupción son diarios y todo esto, como ya fue dicho antes, le está dañando su imagen. Lo mínimo que se puede esperar es más deserción en las filas de Nuevas Ideas, y aunque el gobierno viene intensificando su propaganda política y el papel de sus troles en la media social, las grietas en la imagen del presidente comienzan a aparecer y a cada día que pasa son más profundas, lo que obviamente favorece al FMLN y los otros partidos de oposición. En política no hay nada escrito y el escenario actual era inimaginable en marzo de 2020 cuando comenzó la pandemia. Veremos que pasa hasta diciembre de 2020 cuando los caballos estén posicionados para la próxima disputa electoral.
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