Pero qué implicaciones tendrá el hecho que Bukele pase practicamente a tener el control absoluto del Estado salvadoreño al controlar la Asamblea, lo que le permitirá aprobar todo lo que se le antoje, incluso elegir a los magistradore de la Corte Suprema, de la Corte de Cuentas y Fiscalía General de la República? Muchas en realidad. Primero es bueno recordar que ARENA gobernó el país durante 20 años con control casi absoluto de la Asamblea, lo que le permitió por ejemplo aprobar tres grandes reformas las cuáles han tenido nefastas implicaciones para el país:
1. La ley de amnistía.
2. La dolarización.
3. La privatizaciones de buena parte de los bienes del Estado, entre ellos el sistema de pensiones, la banca nacional, las telecomunicaciones, entre otros.
Pero no sólo eso, al controlar la Corte de Cuentas , la Fiscalía y la Corte Suprema ARENA consiguió saquear el Estado a su antojo sin que nadie se lo impidiera. Sin embargo, ese cuadro cambió en la medida que el FMLN pasó a ganar más curules en la Asamblea. Esa diferencia en la aritmética legislativa permitió por ejemplo que se aprobaran importantes leyes como la de Acceso a la Información Pública, pero también elegir una Corte Suprema que no fuera servil a los intereses de ARENA, pero tampoco a los intereses del FMLN. Recordemos que después de haber elegido a los famosos cuatro fantásticos de la Sala de lo Constitucional, el FMLN junto con ARENA intentaron maniatar a la Sala para evitar que les corrigieran la plana.
La elección de una Corte Suprema menos de acuerdo con los intereses de los partidos políticos permitió entre otras cosas la persecución del crimen de collarín blanco, y por primera vez pudimos ver detrás de la rejas a dos ex-presidentes y varios de sus funcionarios, cosa que en los 20 años de los gobiernos de ARENA parecía ser algo surreal. Igualmente vimos a dos políticos del FMLN huir del país al ver su libertad amenazada al ser acusados de corrupción, como es el caso de Mauricio Funes y Sigfrido Reyes quienes se encuentran foragidos en Nicaragua y México respectivamente.
Evidentemente estamos lejos de poder celebrar, los partidos en la Asamblea continuan haciendo de las suyas protegiendo a sus corruptos de estimación, como pudimos ver claramente como libraron a Norman Quijano y Ernesto Muyschondt, personas sobre las cuáles recaían claras sospechas de asociaciones ilíticas con pandilleros con quienes habrían negociados prebendas políticas y financieras a cambio de apoyo electoral, entre otras cosas. De igual forma vemos diariamente personajes como Rodolfo Parker, que hoy se presenta como arauto de la justicia, sobre quien recae la acusación de haber destruído evidencia sobre la masacre de los jesuitas, en los tiempos en que él actuaba como abogado de los intereses de la FAES. No podríamos dejar de mencionar a Guillermo Gallegos, que se recetó jugosos viajes por el mundo con dinero público, que tiene contratados más de una decena de parientes en la Asamblea y que igualmente le concedió un subsidio de 500 mil dólares para una ONG fantasma a su mujer. Los ejemplos no son pocos y no creo que exista algún partido que se salve.
Una vez que Nayib Bukele pase a controlar la Asamblea, la posibilidad de investigar la corrupción y el mal uso de fondos públicos por parte del gobierno de turno pasará a ser a cada día más remota, aunque sin duda dedicará todo el poder político del cuál dispondrá para vengarse de sus enemigos políticos dejando en la impunidad a todos sus aliados, funcionarios y a sí mismo.
Pero la historia no falla, y aunque hoy Bukele se esté chupando los dedos ante una inminente victoria, en realidad lo único que podrá parar a Bukele será Bukele mismo como sucedió con el FMLN y con ARENA. Al partido tricolor la gente le dió un voto de confianza durante 20 años hasta que la paciencia se agotó y tras 20 años de mentiras y corrupción le gente resolvió darle ese voto de confianza al FMLN. Durante 5 años el FMLN alegó que la fórmula presidencial no era pura sangre, que no eran gobierno sino que estaban en el gobierno, pero que una vez tuvieran el control completo del Ejecutivo podrían hacer las reformas por las cuáles el pueblo los había elegido. En 2014 el sueño se hizo realidad, y con un candidato que en tesis perdería hasta para un poste, Salvador Sánchez Cerén se convirtió en el presidente de la República junto con su compañero de fórmula Oscar Ortiz, la así llamada fórmula pura sangre.
Pero qué sucedió? El estribillo de los 20 años de ARENA cinco años más tarde se había agotado y la falta de una f'órmula pura sangre no era más justificativa para no hacer las reformas que el país necesitaba urgentemente. Ante ello el FMLN pasa a alegar que necesitaban mayoría en la Asamblea para poder gobernar y aprobar las reformas necesarias, sin que mostraran en realidad cuáles eran las reformas. Así se pasaron cinco años de excusas pero la paciencia del pueblo se agotó y en 2019 le dieron la oportunidad a Nayib Bukele para que gobernara el país en alianza con el partido GANA.
A semejanza del FMLN, hoy Bukele culpa a "los mismos de siempre" porque no lo dejan gobernar, porque no le asignan los recursos que necesita para poder sacar adelante el país, y sin mostrar el plano de vuelo que tiene para el país, ciegamente, más una vez, la gente le está dando el voto de confianza como lo hicieron en los últimos 30 años con el FMLN y ARENA.
Personalmente y ante las inequívocas señales que ese gobierno viene dando, la manera como oculta la información, sobre factura compras, miente a diestra y a siniestra sobre la manera como utiliza los recursos del país, le entrega contratos a sus compadres, etc, estamos ante un gobierno corrupto e incapaz que está llevando al país hacia una crisis institucional sin precedentes. Lamentablemente el pueblo sólo entenderá realmente quien es Nayib Bukele cuando vean al país de rodillas delante de los acreedores, cuando vean el Estado salvadoreño saqueado y a Bukele y sus secuaces foragidos, como Mauricio Funes, Francisco Flores(fallecido), Rais, Mecafé, Sigfrido Reyes, entre otros que han tenido que salir de las fronteras patrias para no ser alcanzados por la justicia. Pero más triste aún es imaginarse que si apareciera otro Nayib Bukele en el horizonte, más una vez el pueblo le daría el voto. Nuestro pueblo es ciego, falto de entendimiento, y aunque lo engañen 100 veces, volverá a equivocarse la 101 vez. La educación política de nuestro pueblo es practicamente nula y sólo entiende que lo engañaron cuando los gobernantes han huído hasta con el vuelto de las tortillas.
2021 será un año crucial para el país, y aunque en política no hay nada escrito en piedra, la tendencia es clara, GANA-NI ganarán las elecciones el 28 de febrero pero el gran perdedor será el país, no sólo por estar eligiendo a un grupo de gangsters engaña bobos, sino porque en realidad tampoco tiene grandes opciones. Me gustaría creer que en este momento cualquier cosa sería mejor que entregarle el control del Estado a GANA-NI, pero la historia ya nos mostró que el país también se equivocó con el PCN, PDC, ARENA y FMLN, y ahora sólo le resta equivocarse más una vez con Bukele y sus secuaces.
Lamentablemente la esperanza en El Salvador es como la Petaca de los cuentos de Salarrué: "...y es que ella siempre estuvo un grado abajo de los suyos; cuando todos se estaban riendo, ella sonreía; cuando todos sonreían, ella estaba seria; cuando todos estaban serios, ella lloraba; y ahora que ellos estaban llorando, ella no tuvo más remedio que estar muerta.". Hoy por hoy, con Bukele en el poder, la esperanza en El Salvador está muerta, aunque el pueblo, inocentemente, crea lo contrario.