El acuerdo entre la ENEL y el Estado Salvadoreño fue firmado en junio de 2002 por el gobierno de turno del presidente Francisco Flores, miembro del partido ARENA. Hago énfasis en mencionar ARENA porque fueron ellos, bajo la promesa de la generación de empleos y la escusa que el Estado no es buen administrador, que entregaron las “joyas de la corona” del Estado Salvadoreño a los inversionistas extrangeros, sin importarles si los contratos que estaban siendo firmados eran nocivos a los intereses del país. Muy por el contrario, para ese partido, cuanto más nocivos fueran los contratos mejor, porque su único y exclusivo interés era vender los activos del país al peor postor (para sus propios intereses) y recibir la parte que les correspondía por intermediar el negocio. De esa manera vendieron el sistema de telecomunicaciones, las empresas de distribución de energía eléctrica, dolarizaron la economía, prácticamente regalaron la banca y el sistema de pensiones , firmaron el TLC que nunca favoreció al país, muy por el contrario ayudó a quebrar el agro y otros segmentos y fragilizó la capacidad exportadora del país.
No deja tampoco de llamar la atención la actitud de la ANEP y de muchos empresarios que insisten en que el Estado Salvadoreño debe aceptar la resolución del tribunal de apelaciones de Paris sin importarles en lo absoluto que el contrato firmado por Francisco Flores fue un asalto a mano armada para el país. Son estos nacionalistas los que quieren volver al poder para acabar de una vez por todas con el país. Son estos los que critican al gobierno de Funes, los que acusan de despilfarro mientras que cuando estuvieron en el poder asaltaron al Estado Salvadoreño y lo que no se llevaron ellos mismos prácticamente lo regalaron a los capitales internacionales, como fue el caso de la banca.
Sin embargo, si por un lado la actitud del gobierno Funes al no aceptar los fallos del tribunal de apelaciones de París es loable , por el otro, ese mismo gobierno está presionando a la Asamblea Legislativa para que apruebe la ley del “Asocio para el Crecimiento”, una ley que es de la misma naturaleza de las privatizaciones que ARENA llevó a cabo en los 20 años que estuvo en el poder, pero para no asustar a los “revolucionarios” del FMLN no le llaman privatizaciones. Conforme Carlos Ábrego comentaba en su blog, “El presidente Funes insiste en la urgencia y sobre todo en que este “acuerdo” (esta ley no menciona ningún gobierno extranjero), no contiene el principio de privatización”, lo que está lejos de ser verdad. Las concesiones de los bienes del Estado pueden durar décadas, generaciones y todos sabemos que el único objetivo de tales inversiones de los agentes privados es sangrar los recursos del Estado salvadoreño.
La actitud de Funes es simplemente contradictoria, para no decir cínica, lo que hace con las manos al defender los intereses del país en el caso CEL, lo destruye con los pies al querer meter al país en un problema mucho mayor con el “Asocio para el Crecimiento”, y si por un lado tal actitud es incomprensible, por el otro es coherente con lo que hasta ahora ese gobierno ha mostrado en materia económica, una verdadera continuidad de las políticas neoliberales de los gobiernos anteriores de ARENA, incluso algo afirmado en un comunicado de la comisión política del FMLN y por el mismo Salvador Sánchez Cerén, alas “el profesor”...
La conclusión de la Corte de Cuentas en el caso CEL-ENEL es justa: “… El acuerdo entre CEL y Enel, de fecha 4 de junio de 2002 contiene beneficios que favorecen la generación energética en el país… no obstante también tiene cláusulas en las que la capitalización de las inversiones benefician únicamente al socio estratégico”, ¿yo me pregunto, como puede llamarse un socio de estratégico cuando el Estado está siendo prácticamente estafado?, sólo ARENA para responder a esa pregunta…
Si ARENA hipotecó el patrimonio del país, Funes quiere darle el tiro de gracia con el “Asocio para el Crecimiento”, cabe a la Asamblea Legislativa no permitir que esa ley pase en el congreso. Lo que el “Asocio para el Crecimiento” propone no es nada que el Estado Salvadoreño no pueda realizar sin comprometer los intereses del país como lo hizo ARENA; si para tal fin es necesario adquirir deuda, la misma se justificaría con las ganancias que tales inversiones le generarían al Estado. Como ejemplo podríamos citar los 100 millones que ENEL invirtió en la geotérmica; tal montante de dinero no ameritaba la inversión extranjera, podría haber sido levantado através de un préstamo el cual, 11 años después de firmado ese contrato, ya podría haber sido pagado con el propio lucro que la geotérmica le ha generado al país. Sin embargo, la visión neoliberal reza que el Estado no es buen administrador, pero tal afirmación apenas esconde una verdad: la iniciativa privada quiere obtener para sí las ganancias generadas por el patrimonio del país, por un lado, y por el otro, embolsarse los tributos generados por la clase trabajadora salvadoreña la cual contribuye con más del 80% de la carga fiscal del país.
Luchar contra el fallo del tribunal de apelaciones de París es una cuestión de honra, de la misma forma que lo es no aprobar la ley de “Asocio para el Crecimiento”, ante la cual nuevamente el partido ARENA está en primera línea listo para dar sus votos. ¿Qué hará el FMLN? Tema de los próximos capítulos…
Edwin Lima
edwinlima.blogspot.com
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