Sunday, 2 June 2013

4 AÑOS SALUDANDO CON SOMBRERO AJENO.





El día 1 de junio de 2013 se completaron cuatro años de la llegada de Funes y el FMLN al poder. En su discurso el pasado sábado Funes habló de los cambios implementados por su gobierno, cambios que han ayudado a los grupos sociales más débiles del país: los pobres. Se habla del paquete escolar, de las semillas para los agricultores, de la ley de medicamentos y de las unidades de salud. También se habla del descenso de los índices de asesinatos, cifras que antes de la implementación de la tregua llevaron al país en 2009 a ser considerado el más violento del mundo.

Contrario al pensamiento de derecha, considero que los programas sociales no pueden ser menospreciados ni vistos con desdén porque para sus beneficiarios, los pobres, les han caído como anillo al dedo. Un refrigerio para los niños pobres que muchas veces llegan con el estómago vacío a la escuela no puede ser subestimado, mucho menos el dolor de un madre que ve a su hijo, ni que sea un marero pero ni por eso menos hijo, ser la próxima víctima de la guerra entre las maras.

Sin embargo, hay cosas que no pueden ser negligenciadas y sobre ellas Funes no dice absolutamente nada, ni mucho menos su socio el FMLN. En primer lugar, la percepción de la violencia del ciudadano común no disminuyó, ni mucho menos las rentas que a diario los micro empresarios y los ciudadanos comunes sufren, eso sin dejar de mencionar que el gobierno hasta el día de hoy no asumió la paternidad de la tregua, no la asume como una política de Estado, pero mismo así insiste en que la disminución de los asesinatos es un producto directo de las políticas del gobierno, conforme Funes lo destacó en su discurso.

De igual forma, el país continua sufriendo con dos problemas de base gravísimos, como son los ingresos y la distribución de los mismos, lo que mantiene a la gente hundida en la pobreza y al país con un crecimiento económico raquítico. Los ingresos están directamente relacionados con el subempleo, la informalidad, los bajos salarios que el empresariado paga; con la dolarización que disminuyó el poder adquisitivo del trabajador y la competitividad de la ya incipiente industria nacional; quebró el agro y pasó a generar empleos en el exterior favoreciendo la importación de bienes en lugar de que los mismos fueran producidos en el país con mano de obra local.

En lo que dice respecto al gasto público, podemos constatar que éste aumentó en una media de 17% en relación a la administración de Saca-ARENA, mientras que los ingresos tributarios apenas aumentaron en un 3%. Y delante de esa relación aritmética desproporcional se puede llegar a una conclusión lógica y simple: si el gasto aumentó, pero no así los ingresos fiscales del Estado, la única manera de financiarlo es através del endeudamiento, lo que nos lleva al siguiente punto.

A finales del año 2008, durante el último año del gobierno Saca, la deuda del sector público no financiero (SPNF) se encontraba en 7927.6 millones. Ya al final del año de 2009 la deuda rondaba los 10 mil millones de dólares, para ser exactos se encontraba en 9332.5 millones. En 2010 la deuda alcanzó un valor de 10336.8 millones, y en abril de 2013 ese valor llegó a escandalosos 13480.1 millones (ver gráfico y tabla). Sin necesidad de tener PHD en economía podemos observar que el gobierno Funes se ha endeudado en más de 1000 millones de dólares por año y de seguir esa tendencia – y la está siguiendo- entregará el país con una deuda de casi 15 mil millones de dólares, o sea, habrá aumentado el endeudamiento público en más de cinco mil millones, superando así a su antecesor Elías Antonio Saca que endeudó el país en casi cinco mil millones.

De seguir el país a ese ritmo en más dos administraciones sobrepasaremos 100% del PIB en endeudamiento lo que tornará la deuda soberana impagable y comprometerá casi el 50% del presupuesto (o más) sólo en servicio de la deuda, lo que evidentemente inviabilizará el país(¡más aún!). Actualmente, conforme nos recuerda Salvador Arias, el país compromete casi 30% del presupuesto en servicio de la deuda; sólo en 2010, al tener que honrar el pago de una deuda heredada de ARENA, desembolsamos más de 1400 millones en servicio de la deuda, valor que sobrepasó el presupuesto en salud y educación.

De igual forma se puede ver como el ritmo de crecimiento del país continua bajo, crecimiento que no pasará de una media de  1% en los cinco años de gobierno de Funes, lo que evidentemente tiene implicaciones directas en la generación de empleo y en los ingresos fiscales del país. Contrario a lo que la ANEP dice, el motor del crecimiento económico son las remesas y no la astucia empresarial, y las políticas del gobierno hasta hoy se han mostrado ineficaces para estimular la economía.

Para concluir, el gobierno parece que continua contando con la buena voluntad (pacto de país como algunos le llaman) del empresariado para resolver la cuestión de la evasión y elusión fiscal, cosa que evidentemente no va a suceder, y así el endeudamiento continuará hasta que el país simplemente no le quede alternativa sino decretar una moratoria desorganizada. Mientras Funes y el FMLN se llenan la boca con los “cambios de verdad”, al paso que vamos cinco años más serán suficientes para que el país colapse y en lugar de profundizar los cambios se profundizará la crisis, que a decir verdad ya es de carácter permanente.

Contrario a lo que dice la derecha, los programas sociales son definitivamente necesarios e indispensables en un país con tantas desigualdades, pero si los programas se hacen a costas de endeudamiento sin una mejora substancial de los ingresos del país, sin tocar las estructuras responsables por el atraso y la pobreza, los programas no pasan de paternalismo y populismo puro.

Han sido cuatro años de estar saludando con sombrero ajeno, el sombrero de las futuras generaciones que no sabrán cómo pagar una deuda que no adquirieron.


Edwin Lima
edwinlima.blogspot.com

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