Dos de enero de 2022.
2021 acabó. La economía tuvo en repunte inesperado a raíz del aumento de la demanda en los Estados Unidos lo que generó la demanda de productos exportados desde El Salvador, en particular la maquila, pero también generó un aumento en las remesas enviadas por los hermanos lejanos residentes en los Estados Unidos. Esto por su vez aumentó el consumo y la producción en El Salvador aumentando la recaudación por un lado, pero también las importaciones por el otro.
2021 también fue caracterizado por los desplantes autoriratios del presidente Bukele, en particular tres eventos marcaron esa tendencia: la destitución de los magistrados de la sala; la destitución del fiscal general y el encarcelamiento de varios personajes políticos de la oposición sin que se les concediera el derecho al debido proceso.
Pero 2021 también se caracterizó por un golpe de timón dado por el presidente Bukele al anunciar el 7 de junio en una conferencia Bitcoin en Miami, através de un video pregrabado, la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal seguido del lanzamiento de la Ley Bitcoin la cuál fue aprobada en la Asamblea dominada por el oficialismo sin mayores discusiones ni análisis sobre las implicaciones de la ley en el país.
El 7 de septiembre el Bitcoin pasa a circular como moneda de curso legal; la chivo Wallet es lanzada, cerca de 200 cajeros electrónicos son instalados (y no los 1500 que el presidente había dicho que serían instalados) y bajo el mayor hermetismo y total falta de transparencia, una empresa privada, Chivo S.A. de C.V. es creada para implementar la Chivo Wallet la cuál desde su lanzamiento ha presentado todo tipo de anomalías, desde las técnicas, robo de identidad, robo de fondos de cuentas bancarias, etc, las cuáles han puesto en entredicho la credibilidad de la aplicación tanto a nivel nacional como internacional.
En noviembre El Salvador fue sede de la Conferencia Latinoamericana de Blockchain y Bitcoin donde sorpresivamente el presidente Bukele anunció el lanzamiento de un bono soberano de deuda por el valor de 1000 millones de dólares, el cuál tendría dos utilidades: 50% para la especulación en Bitcoin y el otro 50% para la creación de infraestructura para la generación de energía geotérmica la cuál sería utilizada para la mineración del Bitcoin. Pero al mismo tiempo el presidente anuncia la creación de Bitcoin City, una ciudad que será construída al Oriente del país, más específicamente en el departamento de La Unión al borde del volcán Conchagua, donde también será instalada la infraestructura para la generación de energía geotérmica.
Dos días después de ese anuncio, el FMI lanza el reporte sobre el artículo IV donde deja claras sus preocupaciones sobre el rumbo económico que el país está tomando, en particular por la tendencia autoritaria y la implementación del Bitcoin como moneda de curso legal, y le hace una serie de recomendaciones al país para poder mejorar la situación fiscal y poder poner las cuentas públicas en orden. Al mismo tiempo avisa que, contrario a lo que el gobierno Bukele afirmaba, no estaba sobre la mesa la negociación de un préstamos de 1300 millones de dólares, anuncio que tiene como consecuencia la profundización de la desvalorización de los bonos de deuda pública salvadoreños y el aumento del EMBI que alcanza su valor histórico de 14.88%, apenas abajo de Argentina y Venezuela.
2021 también se caracterizó por tres masivas marchas populares donde la gente mostró su descontento con la manera como el país está siendo guiado por el presidente Bukele. Aún así, encuestas de opinión mostraron que la popularidad del presidente continua en alta y al parecer las marchas reflejan un descontento sí, pero este es minoritario comparado con la popularidad del presidente Bukele que ronda los 80% de la población.
En el área de seguridad, mientras el gobierno celebraba el éxito del plan control territorial, varias fosas clandestinas fueron descubiertas con algunas decenas de muertos, la última por cierto en Nuevo Cuscatlán, el municipio donde el presidente Bukele decía que no había incidencia de crímenes desde que él había llegado a la comunca, la cúal continua siendo administrada por Nuevas Ideas. De igual forma, el número de desaparecidos continuó aumentando a lo que el ministro de seguridad llamó de "desapariciones voluntarias" o en su defecto, fruto de asociaciones ilícitas con la criminalidad y el narcotráfico.
En su esfuerzo por silenciar a los medios de comunicación, el presidente Bukele lanza la ley de agentes extranjeros através de la cual le impone fuertes restricciones al ingreso de capital extranjero que tenga como objetivo la financiación de medios de comunicación contrarios a los intereses del gobierno. Inmediatamente algunos países como Alemania anuncian el cese de la cooperación y tanto nacional como internacionalmente muchas voces denuncian la intención del gobierno de amordazar a los medios de comunicación y ONG's contrarias a los intereses estatales. Ante esto, el gobierno detiene la aprobación de la ley hasta nuevo aviso.
2021 fue caracterizado por el deterioro de las relaciones con los Estados Unidos después que el gobierno de Biden lanzó la lista Engel donde constaban importantes funcionarios del gobierno Bukele. Al lanzamiento de la lista Engel le siguió el anucio de sanciones penales contra esos funcionarios. A esto se siguió la denuncia por parte de la encargada de negocios Jean Mannes en medios de comunicación sobre el deterioro de las relaciones de Estados Unidos con El Salvador, en particular con el presidente Bukele, y su partida de El Salvador después de haber fracasado en sus intentos de tender puentes entre la administración Biden y la administración Bukele. Como si esto fuera poco, un ex-fiscal denuncia la existencia de un reporte con pruebas contundentes sobre las negociaciones de la administración Bukele con las estructuras criminales de las pandillas, cosa que obviamente el gobierno Bukele niega rotundamente. Las denuncias son retomadas por diversos medios internacionales las cuáles se suman a las denuncias publicadas por el medio digital "El Faro".
Para cerrar el año el presidente Bukele anunció la construcción de un nuevo estadio que substituirá al Estado Cuscatlán el cual será construído con fondos no retornables de la República de China. Igualmente tuvo inicio en 2021 la construcción de una nueva Biblioteca Nacional, también con fondos de China, y el lanzamiento de algunos CUBOS en diferentes municipios del país.
Al igual que 2020, 2021 también fue un año donde el país vió un aceleramiento en el endeudamiento público y para 2022 dicho endeudamiento apenas tiende a aumentar. En 2022 el país deberá alcanzar el 100% del PIB en concepto de deuda, y hay serias dudas que El Salvador consiga honrar los compromisos con los acreederos, entre los cuáles destaca el vencimiento de una deuda por el valor de 800 millones en enero de 2023.
Febrero será un mes interesante ya que Bukele prometió en noviembre lanzar el bono Bitcoin, 2 meses después de su anuncio a finales de noviembre de 2021. Con el EMBI a 14.88%, el riesgo país por las nubes y el rendimiento de los bonos salvadoreños por los suelos, existen serias dudas que el país pueda atraer interés al bono Bitcoin, ¿quien en su sano juicio le prestaría dinero a un país que no le da garantías de poder pagarle los préstamos, sean en dólares o en bitcoin? De fracasar en el intento, las opciones que el país tiene son mínimas, ¿re-estatizar el sistema de pensiones y desdolarizar serían realmente opciones válidas y sostenibles en el tiempo para El Salvador?
Como nota final, en el mes de diciembre la Asamblea aprobó la Ley de Aguas, a lo que muchas veces críticas denuniarion que dicha ley no pasaba de una privatización disfrazada del agua. Sin resistencia en la Asamblea, la ley fue aprobada sin mayores alteraciones y sin escuchar a las comunidades ni los intereses de la ciudadanía, apenas fueron escuchados los intereses de las grandes constructoras las cuáles tendrán la preferencia a la hora de extraer recursos hídricos para la ejecución de sus proyetos.