Muchas preguntas surgen a raíz de ese regalo, ¿por qué un estadio y no una renovación de nuestra flota de buses? ¿Por qué no un nuevo hospital? ¿O qué tal un centro de investigación científica? ¿O un nuevo campus universitario? Todas esas son realmente prioridades en el país, pero, que yo sepa, un estadio está lejos de constituir una verdadera necesidad para el país. Sin embargo, ¿que da más popularidad, un estadio o una universidad?
Pero aparte de ello cabe hacerse realmente la pregunta que el presidente hizo en su tweet, ¿quién es tu amigo (El Salvador)? A los datos me remito. Me tomé el tiempo de bajar del sitio del Banco Central los datos de la balanza comercial salvadoreña, o sea, los datos donde se refleja cuanto importamos y cuanto exportamos de cada país alrededor del mundo. Sin constituir ninguna sorpresa, nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, apareció en el primer lugar como destino de nuestras exportaciones seguido de Guatemala, Honduras y Nicaragua cuya suma totaliza el montante de 2500 millones de dólares que es equivalente a lo que se exporta hacia los Estados Unidos. Así, todos los países del istmo junto con México y Estados Unidos constituyen 89% del destino de nuestras exportaciones, el restante, 11%, se distribuye alrededor del mundo.
Ahora analicemos las importaciones. 26% de lo que el país importa, de un total aproximado de 15000 millones de dólares (los datos del mes de diciembre aún no están disponibles por lo cuál estimé el mes de diciembre usando la media de los últimos 11 meses), tiene su origen en los Estados Unidos pero, diferentemente a las exportaciones, el segundo lugar en importaciones lo ocupa la República Popular de China con un porcentaje de aproximadamente 16% del total de todo lo que importamos. Más una vez, los países del istmo más México constituyen el origen principal de nuestros productos importados, pero a esta lista se suman Corea, Japón, España, India y Alemania, entre otros (ver tabla abajo). Lo sorprendente para mí de este análisis es que si comparamos la contribución a la balanza comercial de los Estados Unidos y China, este último país nos vendió el año recién pasado 2308 millones de dólares mientras que nos compró apenas 12 millones de dólares en productos manufacturados en El Salvador. Por su vez, Estados Unidos nos vendió 3709 millones de dólares, pero nos compró 2416 millones de dólares en el año 2021.
Creo que a esta altura cabe preguntarse cuál es el verdadero interés de China en El Salvador. Imaginemos que las relaciones con Estados Unidos se deterioren a tal punto que pongan en riesgo las relaciones comerciales con aquel país, en particular el Tratado de Libre Comercio (TLC), ¿quién sería el proveedor natural de nuestras importaciones si el TLC con los Estados Unidos acabara? Sí, exactamente, el proveedor natural de una factura de casi 4000 millones de dólares sería China, lo que potencialmente elevaría la factura de importaciones con China de 2500 millones a más de 6000 millones de dólares anuales, eso asumiendo que el país dejara de comprarle a los Estados Unidos. Sin embargo, con una magra factura en la cuenta de nuestras exportaciones de apenas 12 millones de dólares, ¿estaría China dispuesta a comprarle a nuestros productores los más 2600 millones de dólares que actualmente exportamos hacia los Estados Unidos? Me temo que no, los datos actuales de la balanza comercial nos dan suficientes razones para creer que el interés de China no está en aquello que producimos. Muy por el contrario, su interés claro es vendernos sus productos por pequeño que sea nuestro mercado comparado con el resto del mundo.
Por lo cuál nos hacemos nuevamente la misma pregunta que el presidente Bukele nos propuso, ¿quién es tu amigo El Salvador? ¿quién nos vende 26% de nuestras importaciones, pero nos compra casi 40% de nuestras exportaciones? ¿O quién nos vende 16% de nuestras importaciones pero nos compra apenas 0.20% de nuestros productos de exportación?
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