El día de ayer finalmente se llegó en la Asamblea Legislativa al fin de la novela llamada ‘’Decreto 743”. Fueron prácticamente dos meses de debates acalorados, de manifestaciones (tímidas pero aún así manifestaciones) y de intensos debates en las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales.
Por cierto, las redes sociales jugaron un papel fundamental en todo este proceso. El Frente en particular usó este medio masivamente como termómetro del descontentamiento popular y mandó a sus personeros para defender su posición. Curiosamente, Arena no usó la misma táctica, o por lo menos a mí no me pareció haber visto ningún diputado defendiendo la posición arenera, apenas se vieron voces sueltas no oficiales de simpatizantes del partido, aunque no me queda la menor duda, ellos siempre estuvieron presentes asistiendo al espectáculo de desgaste político del Frente y echándole leña a la hoguera.
Pero ni todo está acabado, aún falta la sanción del Presidente de la República, que sorprendentemente en esta ocasión no parece tener la menor prisa para sancionar o para vetar la derogación del decreto. Veremos si el sr. Funes está dispuesto a desgastarse más aún vetando o devolviendo con observaciones a la Asamblea el dictamen que deroga el dl 743.
¿Pero al final, quién gana y quien pierde en esta historia? Yo creo que la gente gana, y sale fortalecida porque consiguió, de una forma o de otra, organizarse principalmente de forma virtual y posicionarse del lado correcto delante de un tema de tamaña importancia. Ahora se espera que de aquí en adelante la gente, en particular la clase media, muestre el mismo interés y complicidad delante de otros temas cruciales para la nación.
¿Y quién más gana? Evidentemente el partido Arena, que de villano se convierte en héroe al haberse “arrepentido” de aprobar ese decreto y pedirle los votos al Frente para su debida derogación.
¿Y los perdedores? Para comenzar, el presidente Funes, que sale profundamente desgastado de ese embate y con una popularidad bastante baja, principalmente en el sector de la clase media que le dio su voto en las elecciones de 2009, pero que después de esta y otras decisiones desastradas simplemente muchos le han retirado su apoyo, después de ser uno de los presidentes más populares de América Latina.
¿Y el Frente? Pienso que el Frente sufrió un desgaste infinitamente mayor al de Funes porque al final de las cuentas es el Frente, y no Funes, que le irá prestar cuentas al elector en 2012 y en 2014. Peor aún, contrario a Arena, hasta el día de ayer el Frente exigía condiciones para derogar el decreto, condiciones que el partido tricolor, por ironías de la vida, no quiso aceptar; si Arena de villano se convierte en héroe, el Frente, paradójicamente, después de no haber votado el decreto, acaba como el villano de la novela.
Para mucha gente el Frente ha traicionado aquellos principios por los cuales se votó por ellos. Para otros, con esa actitud, el partido se acabó posicionando a la derecha del espectro político nacional. ¿Pero por qué optó el Frente por un camino tan espinoso? Basado en los resultados obtenidos, y no los pretendidos, esa pregunta acaba quedándose sin respuesta, talvez todo lo que se pueda decir es que les falló, más una vez, el cálculo político. El partido tenía todo para salir fortalecido de esa crisis que por lo menos en términos de votos no había sido generada por ellos, desde que el día 7 de junio hubieran concordado con Arena en derogar el bendito decreto.
Dos preguntas quedan sin respuesta,
1. ¿Qué pasará ahora con más un grupo de “disidentes” del Frente surgidos a raíz de este conflicto?
2. ¿Y dentro de las filas del Frente, quién pagará pato por ese tremendo error político cometido?
2. ¿Y dentro de las filas del Frente, quién pagará pato por ese tremendo error político cometido?
En su debido momento, en los días que se pasaron después de la aprobación del decreto, me dirigí al Frente a través de una carta abierta (también publicada en este espacio) con las siguientes palabras:
Su miopía política es tal que no se dan cuenta que están perdiendo la valiosísima oportunidad de limpiar su consciencia y dar los votos para la derogación del decreto antes que sea tarde, el decreto va a caer y ustedes caerán junto con él sino lo derogan antes.
Ahora el mal ya está hecho, y la historia, señores, nos dio la razón.
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