Asistimos con
curiosidad a más un movimiento, talvez semejante al de los indignados, o del
basta ya SV, entre otros, que surgen con euforia pero que en general han sido movimientos que han muerto antes de intentarlo, verdaderas llamaradas de tuza, no
que la indignación haya sido llamara de tuza, la indignación permanece, pero lo
que muere es la acción que podría desembocar en un gran movimiento que buscase
el rescate del país del estado de miseria en que se encuentra. Se trata del
movimiento por el voto nulo, que hasta donde me consta se limita a las esferas
virtuales, en particular a las redes sociales.
Considero válida
la bandera del voto nulo, no veo razón para votar en un partido que no me
representa, no veo por qué darle mi voto a un partido que tiene un discurso que
en poco o nada se diferencia de aquellos que saquearon el país, que hicieron el
hoyo del descalabro social y económico aún más hondo y que ahora pretenden,
como por arte de magia, tener la solución a los problemas que ellos mismos a través
de las décadas crearon. Y si hay diferencias reales, estas se limitan al
discurso porque en la práctica las diferencias se disipan como burbujas de
espuma en el aire.
El argumento de
los que se oponen al voto nulo, en particular de la gente de izquierda, es que
anular el voto es darle más un voto a la derecha, argumento que tendría validez
si el votar por el FMLN representara votar por un verdadero cambio, lo que
sabemos que no es verdad, basta ver como el presidente de la Asamblea, el
diputado por el FMLN Sigfrido Reyes, junto con sus 83 compinches, se opuso esta
semana a mostrar a transparencia activa los gastos con asesores que todos los
partidos tienen, ¿por qué será que el revolucionario de pacotilla de Sigfrido Reyes
se opone a prestarle cuentas a transparencia activa? Por algo bueno no será.
Pero anular el
voto por si sólo podría ser un tiro en el pié si no viene acompañado por
la creación de una alternativa, ¿y qué alternativa sería este? Esta consistiría
en la creación de un movimiento reivindicativo que busque llenar el vacío que
los partidos políticos actuales han dejado. Este movimiento tendría las
siguientes características:
- representaría los intereses populares;
- sería un movimiento reivindicativo, no electorero, que buscaría construir una base social amplia;
- el movimiento tendría como objetivo último, pero no exclusivo, la formación de un partido democrático horizontal, no vertical, sin gurús, sin caudillos, con dirección rotativa, no eterna, como lo que vemos en las cúpulas de los actuales partidos políticos;
- el movimiento buscaría, antes de más nada, organizar a la sociedad;
- una vez formado un partido político, los cargos electivos serían rotativos y no se tendrían diputados y alcaldes de profesión que no sueltan el hueso;
- tendría una base intelectual y teórica fuertes que le darían el rumbo a la organización;
- sería un movimiento que tendría en su base la lucha contra la impunidad, el compadrazgo, la corrupción, el clientelismo, la denuncia;
- un movimiento transparente, que le preste cuentas a las bases;
- un movimiento que busque el fortalecimiento de los movimientos de base como los sindicatos, las asociaciones de barrio, asociaciones de padres de familia, defensa del consumidor, cooperativas populares de crédito, ahorro, agro, etc;
- un movimiento propositivo, con respuestas concretas para los problemas concretos de la gente;
- y por encima de todo, un movimiento que denuncie la injustica, estando o no el poder.
Sin la búsqueda
de una alternativa política, que por lo menos reúna estas características (la
lista no es exhaustiva), el movimiento del voto nulo surgirá a cada tres o cinco
años, y será tan electorero cuanto los partidos políticos actuales, no
conseguirá la adhesión y el apoyo de la gente y morirá como todos los otros
movimientos que han surgido, sin siquiera haberlo intentado.
Edwin Lima
edwinlima.blogspot.com
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