El primer
gobierno del cambio está llegando casi a su fin, muchos se preguntan qué es lo
que el gobierno Funes- FMLN aún conseguirá hacer en los últimos meses de (des)
gobierno para eventualmente convencer a los indecisos que ellos han hecho todo
lo que ha estado a su alcance para traer las transformaciones que el país necesita.
Por lo visto a muchos se les olvida que un gobierno no es un partido de futbol
que se puede resolver hasta en el último minuto. Un gobierno sienta las bases
de su proyecto en el primer año de mandato para recoger los frutos en los años
siguientes, y no es eso lo que hemos visto hasta ahora. La estrategia ha
sido clara, han ido a tientas, han cambiado de estrategia varias veces, si es
que algún día la han tenido, y el resultado está a la vista, mientras todos los
emergentes crecen, El Salvador continua arrastrándose totalmente dependiente
del crecimiento de las remesas.
Las reformas
estructurales que el país necesita pasan diametralmente por la redistribución
de los ingresos, por una reforma fiscal profunda, por la substitución de importaciones
(lo que implica en revisar el TLC y la dolarización), por una revisión de las
privatizaciones que ARENA le impuso al país; pasa por pensar en estrategias
para alcanzar la independencia alimentaria y energética, en una estrategia de
largo plazo para el combate a la delincuencia, transporte público digno para la
gente, ley de medio ambiente, mejoras de la infra-estructura, repensar no sólo
el modelo de nación como el sistema capitalista como un todo, las relaciones de
poder, unificación de los sistemas de salud y educación de tal suerte que a
todos los salvadoreños se les den las mismas oportunidades; repensar las
relaciones de poder y producción de bienes y servicios; pensar en una reforma
política, en fin, muchas cosas por hacer que ni tangencialmente fueron tocadas
por este gobierno.
Y mientras el
país continúa esperando por esas transformaciones, el gobierno del cambio se
dedicó a hacer alianzas con los sectores más retrógradas de la política
salvadoreña, como lo son los tradicionales PCN y PDC, y la reencarnación de
ARENA, el partido GANA. Bajo esa alianza se eligió fiscal general, magistrados
de la corte de cuentas, magistrados de la Corte Suprema, se creó transparencia
activa justamente para fiscalizar al Estado; bajo esa alianza el Legislativo le
montó una guerra a la Sala de lo Constitucional, y como si eso fuera poco, ahora la Sala de lo
Contencioso también entró a esa lucha de poderes.
De los alegados 115
casos de corrupción que según el gobierno del cambio han sido presentados a la Fiscalía
para su investigación, al parecer están sino todos, casi todos engavetados, me
imagino que es a eso a lo que Funes llamaba de “no me va a temblar la mano para
llevar a la justicia a los corruptos”. Pero lo más jocoso de esas denuncias es
que están siendo juzgadas por un fiscal general a quien ARENA y GANA le dieron
sus votos, y peor aún, son personeros de esos dos partidos que están siendo
investigados por corrupción. Por lo cuál pregunto, ¿se arriesgarían los
corruptos a poner a un fiscal general íntegro en la FGR?
De la misma forma
vemos a los aliados del FMLN haciendo viajes de turismo por el mundo entero
financiados con dinero público. Tenemos a un vice-presidente de la Asamblea
quien ha tenido que devolver dinero que aplicó en viajes que no realizó, si es
que devolvió ese dinero. Asistimos escandalizados a otro aliado del FMLN llegar
borracho a presidir una sesión de la honorable Asamblea, y ahora vemos al señor
Sigfrido Reyes y a sus 83 compinches negarle a Transparencia Activa los datos
referentes a los asesores de los diputados que le cuestan mensualmente al país millares
de dólares, para que hagan sólo Dios sabe el qué. Pero el señor Reyes justifica
su actitud apelando a una ley obscura que le permite a los diputados ocultarle a
los órganos contralores información crucial para poder ser fiscalizados y así
eventualmente descubrir indicios de corrupción.
Uno de los aliados
del FMLN, el señor Francisco Merino, continua impune después de haber baleado a
un policía, y así podríamos continuar citando innúmeros casos de impunidad,
corrupción activa y pasiva, desacatos a la ley, abusos de poder, gastos
totalmente desnecesarios y superfluos
que el Estado le causa al país con el beneplácito del gobierno del
cambio, o en particular, del partido del cambio.
Muchos alegan que
en la política es necesario hacer acuerdos para poder gobernar, que sin los
votos de GANA, PDC y PCN habría sido imposible aprobar diversas leyes que
pasaron por el Congreso Nacional, aprobar presupuestos, préstamos, o aprobar la
ley de remedios, entre otras cosas que pasaron por aquella casa y que fueron
aprobados con los votos de GANA y sus compinches.
Si fuera una
cuestión puramente aritmética le daríamos la razón al FMLN. Sin embargo, si
vamos a hacer un balance de lo que aprobaron y de lo que dejaron de aprobar,
podríamos fácilmente llegar al siguiente cuestionamiento: ¿ha valido la pena
tamaña prevaricación para llegar a los resultados alcanzados? ¿Se han hecho las
reformas estructurales que el país necesitaba para poder avanzar?
En la lógica
efemelenista la impunidad y la corrupción son garantes de la gobernabilidad. Es
imposible para el partido rojo poder gobernar sin tragarse algunos cocodrilos
(la verdad serían sapos pero en este caso me parecen demasiado pequeños), sin
tolerar la corrupción y garantizarle la impunidad a los corruptos de GANA,
ARENA, PCN y PDC. Observamos cómo después de 4 años de gobierno los militares
que asesinaron a tanta gente, entre ellos a los jesuitas y su empleada e hija, continúan
en la impunidad, y no sólo eso, cuando la justicia española pidió su
extradición el Comandante General de la Fuerza Armada, Mauricio Funes
Cartagena, protegió a los militares prófugos de la justicia española en los
cuarteles de la FAES, y de igual forma el partido FMLN, durante los cuatro años
en que ha estado en el poder, ha silenciado sobre el caso, como también ha
silenciado sobre muchos otros casos donde se esperaba que asumiera el lado de
la justicia, pero no, la permanencia en el poder es mucho más importante que la
justicia.
La lógica
efemelenista es maquiavélica, aprendieron con El Príncipe, los fines justifican
los medios. El FMLN hoy por hoy ha mostrado una estrategia genial para llegar al poder, un proyecto de poder,
pero se le ha olvidado que lo que debería tener es un proyecto de país.
Silenciando a los
movimientos sociales y a las bases, vendiéndoles la idea de la necesidad de las
alianzas para poder alcanzar la mayoría en el Legislativo y así garantizar la
gobernabilidad y las “transformaciones”, el FMLN lanza mano de la corrupción,
la impunidad y la complicidad con crímenes hediondos para perpetuarse en el
poder.
¿Es por acaso ese
el único camino que se puede trillar para llegar al poder y garantizar la
gobernabilidad y las transformaciones sociales, económicas, políticas y
culturales que el país necesita?
El camino no es
ese señores, el camino es el de la organización, el de la conciencia, del bien
común, de tomar el partido del débil, el de la colectividad versus el
individualismo, el de la solidaridad, el de la búsqueda constante e incansable
de la justicia, el del combate a la corrupción y la impunidad, el camino de la
austeridad y la reforma del Estado. No hay otro camino, en este viaje no hay
atajos, porque estos nos pueden llevar al despeñadero.
Y no estoy solo,
son muchos los que nos oponemos a ese camino y apelamos a la concientización de
nuestra gente, a la organización, a la búsqueda de la construcción de un nuevo
proyecto de país donde el poder por el poder no sea la prioridad.
Excelentísimos
señores, si la impunidad y la corrupción son garantes de la gobernabilidad y de
la tomada del poder, antes en la oposición que prevaricando con corruptos y
asesinos.
Edwin Lima
edwinlima.blogspot.com
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