Wednesday 26 January 2022

Del FMI para El Salvador: sobre la ley Bitcoin y la deuda pública




 He leído la conclusión de la consulta del artículo IV con El Salvador por parte del FMI con mucha calma y cuantas veces ha sido necesario. Veamos.

El reporte comienza elogiando a El Salvador por la recuperación económica después del auge de la pandemia en 2020, recuperación que atribuye a tres factores fundamentales: una vigorosa demanda externa, el aumento substancial de las remesas y la sólida gestión de la pandemia la cuál sólo fue posible "con la ayuda de un desembolso en el marco del Instrumento de Financiamiento Rápido" por parte del FMI. Este punto es muy importante y es necesario analizarlo al detalle. El FMI deja claro que la recuperación económica ha tenido como pivot las remesas y demanda externa, dos factores netamente externos, lo que quiere decir que no ha sido fruto de ninguna política económica que haya surgido de los cerebros que asesoran al presidente Bukele. Y, aunque el gobierno haya hecho una buena gestión de la pandemia, el FMI deja claro que eso sólo fue posible gracias al auxilio del FMI, dejando en entrelíneas que de aquí en adelante la sostenibilidad fiscal también sólo será posible si el FMI socorre al país. 

Sin embargo, aunque la economía se esté recuperando el reporte alerta para tres factores que están golpeando al país aumentando su vulnerabilidad fiscal: la creciente deuda pública la cual considera el Fondo se encamina rumbo a la insostenibilidad; el elevado déficit fiscal y la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal.

Para palear el déficit fiscal y la elevada deuda pública el FMI aconseja tomar medidas urgentes, de no hacerlo se estaría comprometiendo el crecimiento económico a mediano plazo y comprometiendo la estabilidad fiscal. La receta: la implementación de reformas fiscales estructurales. Esas medidas incluyen una consolidación fiscal: léase, reducir el gasto, aumentar los ingresos por  la vía del aumento de impuestos, ahorrar para pagar deuda en lugar de pagarla con más préstamos; mejorar la calidad del gasto público con vías a encaminar la deuda pública hacia una curva descendiente.

Sobre la introducción de medios de pago digitales como la Chivo wallet, el FMI dejó claro que dichas medidas pueden jugar un rol en la inclusión financiera. Sin embargo, el Fondo considera que sin la regulación y supervisión debidas el uso del Bitcoin le podría traer graves riesgos a la estabilidad e integridad financieras, la protección al consumidor así como posibles consecuencias fiscales. La recomendación del FMI es limitar el alcance de la ley Bitcoin comenzando por eliminar el cripto activo de su calidad de moneda de curso legal. 

De igual forma, el FMI mostró preocupación por la eventual emisión de bonos respaldados en Bitcoin lo cual obviamente le generaría más contingencias fiscales, aumentaría el riesgo país y ejercería más presión en la deuda pública y el déficit fiscal. En otras palabras, adquirir más deuda no es el camino.

El reporte hace más un esfuerzo de diplomacia y elogia al gobierno Bukele por la publicación de los informes sobre el uso de los fondos públicos para el manejo de la pandemia, informes que, dicho sea de paso, el país desconoce porque han sido declarados reservados. Sorprendentemente, el FMI elogia la transparencia fiscal y la rendición de cuentas, cosa que los salvadoreños desconocemos totalmente por parte de ese gobierno. 

Finalmente, el Fondo le recuerda a Bukele que es necesario que se fortalezcan los marcos de combate a la corrupción, el lavado de dinero y al terrorismo. El reporte concluye sin ninguna mención implícita o explícita sobre el financiamiento de 1300 millones de dólares que el gobierno viene negociando con el Fondo desde hace más de un año.

Sunday 9 January 2022

EL BONO BITCOIN Y LA DEUDA PÚBLICA SALVADOREÑA



 En la última semana de noviembre de 2021 el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, anunció el lanzamiento de un bono al cuál denominó de “bono Bitcoin” que será emitido por el gobierno salvadoreño por el valor de 1000 millones de dólares el cual será utilizado en un 50% para la especulación en Bitcoin, y la otra mitad para la construcción de infraestructura para la mineración de Bitcoin y, presuntamente, para la construcción de Bitcoin City. En este artículo quiero concentrarme en el bono Bitcoin.

La deuda.

Para hablar del bono Bitcoin primero es necesario hablar del estado actual de las cuentas públicas salvadoreñas. Actualmente el país tiene una deuda pública de largo plazo total superior a los 24 mil millones de dólares. Igualmente, el país también tiene una deuda de corto plazo (pagable en 365 días) adquirida en 2021 por un valor entre 2300 y 2500 millones de dólares. El déficit del presupuesto de nación ronda los 7.2% (del PIB) lo que equivale a decir que el presupuesto de nación recién aprobado (7960 millones) tiene un déficit de aproximadamente 1900 millones de dólares. Si a eso le sumamos el servicio de la deuda (los intereses que el país paga por la deuda actual), estaríamos hablando de un adicional no inferior a los 1250 millones de dólares.

El presupuesto y el PIB.

Pero pongámosle la lupa al déficit del presupuesto. En el año 2021, después de una fuerte recuperación económica, consecuencia de un aumento substancial de las remesas y de las exportaciones, el país experimentó un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de aproximadamente 10% en relación al año 2020, siendo que en ese año el PIB había decrecido más del nueve por ciento en relación al año 2019. Esto equivale a decir que en 2021 la economía volvió a los valores de 2019 y, aunque el crecimiento fue bastante alto, en esencia hay muy poco que celebrar, apenas volvimos a los niveles de 2019, el verdadero crecimiento aún tiene que comenzar.

Como consecuencia de ese crecimiento económico el estado obtuvo ingresos en 2021 de aproximadamente 6064 millones de dólares contra un presupuesto de nación por el valor aproximado de 7800 millones de dólares . ¿Pero de donde salió el faltante de la diferencia entre los ingresos y el presupuesto? Esa diferencia se compensó con una negociación que tuvo lugar en la Asamblea Legislativa donde se redireccionó parte de los préstamos obtenidos por el país en 2020 para palear los efectos de la pandemia, a lo cuál se le adicionaron más 450 millones (aprox.) de dólares en deuda de largo plazo.

Para 2022 el gobierno hace cuentas alegres de un crecimento del PIB que supuestamente podría financiar el presupuesto aprobado por la Asamblea por el valor 7960 millones de dólares. El ministro de hacienda afirma que apenas necesitará de 450 millones de dólares de deuda para completar el presupesto. Eso equivale a decir que para que el país pueda financiar ese presupuesto la tasa de crecimiento del PIB tendría que ser superior a los 8% en el año de 2022, cosa que a los economistas les parece una apuesta temeraria.

Mientras tanto, a sabiendas que esas estimativas son irrealistas, el gobierno aprobó un financiamiento de titularización de valores por el valor de 1600 millones através de dos autónomas, ANDA y FOVIAL, montante que según el gobierno será utilizado para proyectos de infraestructura. Pero la verdad es otra, el gobierno sabe que el país difícilmente alcanzará una tasa de crecimiento de 4%-5%; para que eso fuera posible la demanda por exportaciones de productos salvadoreños tendría que mantenerse en una curva ascedente, y de igual forma las remesas tendrían que mantener la misma tendencia de crecimiento de 2021 para poder apalancar una tasa de crecimiento del PIB superior a los 8%; pero según estudios realizados por FUSADES, la economía ya se encuentra en fase de desaceleración.

Aparte de ello, la reserva federal estadounidense anunció que la política de bajas tasas de interés y de imprimir dinero está llegando a su fin, lo que traducido al vernáculo quiere decir que el gobierno está comenzando la fase de retirar dinero de la economía para intentar combatir la inflación que ya pasa de los 6% anuales. Eso implica que la economia estadounidense comenzará a desacelerar el ritmo de crecimiento lo que por su vez disminuirá la demanda lo que tendrá impacto negativo en las exportaciones salvadoreñas y en las remesas.

¿Y el bono Bitcoin?

Según el ministro de hacienda, Alejandro Zelaya, los rendimientos generados por el bono Bitcoin se usarían para pagar deuda pública. O sea, si la deuda del país se congelara en este momento, necesitaríamos 24 mil millones de dólares de lucro para poder pagar la deuda pública, lo que equivale a decir que si el país invirtiera hoy 1000 millones de dólares en Bitcoin, ese valor tendría que aumentar 25 veces en los próximos 10 años para que el país pudiera pagar los 1000 millones que le prestarán con el bitcoin más los 24 mil millones de deuda actuales.

¿Es esa apuesta realista? ¿Qué garantías el país tiene que en los próximos 10 años el Bitcoin va a valorizarse 25 veces de tal forma que El Salvador pueda amortizar toda su deuda pública (esto según las palabras del mismo Bukele)? Pero ojo, no debemos olvidar que el presupuesto de nación, hoy por hoy, tiene un déficit de más del 7% en relación al PIB, pero igualmente el país tiene que amortizar anualmente más de 1000 millones de dólares en servicio de la deuda. En otras palabras, aunque el país no adquiriera ni un centavo más de deuda en los próximo 10 años, aún así tendría que pagar intereses y amortizaciones durante ese período, pero si el dinero de los bonos Bitcoin estuviera invertido en Bitcoin, ¿de donde saldría los fondos para amortizar la deuda y complementar el déficit presupuestario?

En otras palabras, las cuentas alegres del presidente Bukele carecen de fundamento ya que no es posible emitir bonos para especular con Bitcoin y pagar deuda al mismo tiempo con el dinero adquirido con la emisión de bonos. ¿Como haría el presidente Bukele para invertir en Bitcoin los bonos Bitcoin y pagar deuda al mismo tiempo? ¿Adquiriendo más deuda?

El presidente Bukele asume que, si el Bitcoin ha aumentado en los últimos 13 años millares de veces desde que fue lanzado, la tendencia a la alta en el futuro está garantizada. Si aumentó millares de veces en 13 años, ¿qué impide que aumente más de 25 veces en los próximos diez años?

Para concluir, no podemos olvidar lo más importante, hasta aquí hemos asumido que el presidente Bukele conseguirá vender los 1000 millones de dólares en bonos Bitcoin, eso a pesar de qué los bonos de la deuda soberana salvadoreña están clasificados en este momento a nivel de bonos basura, y el índice de riesgo EMBI (emergent bonds index) de El Salvador alcanzó esta semana el nivel de 15.08%.

Monday 3 January 2022

¿Quién es tu amigo?



En un tweet enviado la semana pasada el presidente Bukele cuestiona quien es verdaderamente "tu amigo", y nos dice, "¿el que te da un estadio, una biblioteca, un centro de convenciones, un muelle y una plata potabilizadora de agua? ¿O el que te sanciona y financia a tus opositores?". Al tweet le siguieron otros, entre los cuáles uno donde fue presentado el proyecto del nuevo estadio que será construído con fondos de la República Popular de China en el terreno de la Escuela Militar. 

Muchas preguntas surgen a raíz de ese regalo, ¿por qué un estadio y no una renovación de nuestra flota de buses? ¿Por qué no un nuevo hospital? ¿O qué tal un centro de investigación científica? ¿O un nuevo campus universitario? Todas esas son realmente prioridades en el país, pero, que yo sepa, un estadio está lejos de constituir una verdadera necesidad para el país. Sin embargo, ¿que da más popularidad, un estadio o una universidad?

Pero aparte de ello cabe hacerse realmente la pregunta que el presidente hizo en su tweet, ¿quién es tu amigo (El Salvador)? A los datos me remito. Me tomé el tiempo de bajar  del sitio del Banco Central los datos de la balanza comercial salvadoreña, o sea, los datos donde se refleja cuanto importamos y cuanto exportamos de cada país alrededor del mundo. Sin constituir ninguna sorpresa, nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, apareció en el primer lugar como destino de nuestras exportaciones seguido de Guatemala, Honduras y Nicaragua cuya suma totaliza el montante de 2500 millones de dólares que es equivalente a lo que se exporta hacia los Estados Unidos. Así, todos los países del istmo junto con México y Estados Unidos constituyen 89% del destino de nuestras exportaciones, el restante, 11%, se distribuye alrededor del mundo.

Ahora analicemos las importaciones. 26% de lo que el país importa, de un total aproximado de 15000 millones de dólares (los datos del mes de diciembre aún no están disponibles por lo cuál estimé el mes de diciembre usando la media de los últimos 11 meses), tiene su origen en los Estados Unidos pero, diferentemente a las exportaciones, el segundo lugar en importaciones lo ocupa la República Popular de China con un porcentaje de aproximadamente 16% del total de todo lo que importamos. Más una vez, los países del istmo más México constituyen el origen principal de nuestros productos importados, pero a esta lista se suman Corea, Japón, España, India y Alemania, entre otros (ver tabla abajo). Lo sorprendente para mí de este análisis es que si comparamos la contribución a la balanza comercial de los Estados Unidos y China, este último país nos vendió el año recién pasado 2308 millones  de dólares mientras que nos compró apenas 12 millones de dólares en productos manufacturados en El Salvador. Por su vez, Estados Unidos nos vendió 3709 millones de dólares, pero nos compró 2416 millones de dólares en el año 2021.




Creo que a esta altura cabe preguntarse  cuál es el verdadero interés de China en El Salvador. Imaginemos que las relaciones con Estados Unidos se deterioren a tal punto que pongan en riesgo las relaciones comerciales con aquel país, en particular el Tratado de Libre Comercio (TLC), ¿quién sería el proveedor natural de nuestras importaciones si el TLC con los Estados Unidos acabara? Sí, exactamente, el proveedor natural de una factura de casi 4000 millones de dólares sería China, lo que potencialmente elevaría la factura de importaciones con China de 2500 millones a más de 6000 millones de dólares anuales, eso asumiendo que el país dejara de comprarle a los Estados Unidos. Sin embargo, con una magra factura en la cuenta de nuestras exportaciones de apenas 12 millones de dólares, ¿estaría China dispuesta a comprarle a nuestros productores los más 2600 millones de dólares que actualmente exportamos hacia los Estados Unidos? Me temo que no, los datos actuales de la balanza comercial nos dan suficientes razones para creer que el interés de China no está en aquello que producimos. Muy por el contrario, su interés claro es vendernos sus productos por pequeño que sea nuestro mercado comparado con el resto del mundo.

Por lo cuál nos hacemos nuevamente la misma pregunta que el presidente Bukele nos propuso, ¿quién es tu amigo El Salvador? ¿quién nos vende 26% de nuestras importaciones, pero nos compra casi 40% de nuestras exportaciones? ¿O quién nos vende 16% de nuestras importaciones pero nos compra apenas 0.20% de nuestros productos de exportación?



Sunday 2 January 2022

El Salvador, retrospectiva 2021




 Dos de enero de 2022.

2021 acabó. La economía tuvo en repunte inesperado a raíz del aumento de la demanda en los Estados Unidos lo que generó la demanda de productos exportados desde El Salvador, en particular la maquila, pero también generó un aumento en las remesas enviadas por los hermanos lejanos residentes en los Estados Unidos. Esto por su vez aumentó el consumo y la producción en El Salvador aumentando la recaudación por un lado, pero también las importaciones por el otro.

2021 también fue caracterizado por los desplantes autoriratios del presidente Bukele, en particular tres eventos marcaron esa tendencia: la destitución de los magistrados de la sala; la destitución del fiscal general y el encarcelamiento de varios personajes políticos de la oposición sin que se les concediera el derecho al debido proceso.

Pero 2021 también se caracterizó por un golpe de timón dado por el presidente Bukele al anunciar el 7 de junio en una conferencia Bitcoin en Miami, através de un video pregrabado, la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal seguido del lanzamiento de la Ley Bitcoin la cuál fue aprobada en la Asamblea dominada por el oficialismo sin mayores discusiones ni análisis sobre las implicaciones de la ley en el país. 

El 7 de septiembre el Bitcoin pasa a circular como moneda de curso legal; la chivo Wallet es lanzada, cerca de 200 cajeros electrónicos son instalados (y no los 1500 que el presidente había dicho que serían  instalados) y bajo el mayor hermetismo y total falta de transparencia, una empresa privada, Chivo S.A. de C.V. es creada para implementar la Chivo Wallet la cuál desde su lanzamiento ha presentado todo tipo de anomalías, desde las técnicas, robo de identidad, robo de fondos de cuentas bancarias, etc, las cuáles han puesto en entredicho la credibilidad de la aplicación tanto a nivel nacional como internacional.

En noviembre El Salvador fue sede de la Conferencia Latinoamericana de Blockchain y Bitcoin donde sorpresivamente el presidente Bukele anunció el lanzamiento de un bono soberano de deuda por el valor de 1000 millones de dólares, el cuál tendría dos utilidades: 50% para la especulación en Bitcoin y el otro 50% para la creación de infraestructura para la generación de energía geotérmica la cuál sería utilizada para la mineración del Bitcoin. Pero al mismo tiempo el presidente anuncia la creación de Bitcoin City, una ciudad que será construída al Oriente del país, más específicamente en el departamento de La Unión al borde del volcán Conchagua, donde también será instalada la infraestructura para la generación de energía geotérmica.

Dos días después de ese anuncio, el FMI lanza el reporte sobre el artículo IV donde deja claras sus preocupaciones sobre el rumbo económico que el país está tomando, en particular por la tendencia autoritaria y la implementación del Bitcoin como moneda de curso legal, y le hace una serie de recomendaciones al país para poder mejorar la situación fiscal y poder poner las cuentas públicas en orden. Al mismo tiempo avisa que, contrario a lo que el gobierno Bukele afirmaba, no estaba sobre la mesa la negociación de un préstamos de 1300 millones de dólares, anuncio que tiene como consecuencia la profundización de la desvalorización de los bonos de deuda pública salvadoreños y el aumento del EMBI que alcanza su valor histórico de 14.88%, apenas abajo de Argentina y Venezuela. 

2021 también se caracterizó por tres masivas marchas populares donde la gente mostró su descontento con la manera como el país está siendo guiado por el presidente Bukele. Aún así, encuestas de opinión mostraron que la popularidad del presidente continua en alta y al parecer las marchas reflejan un descontento sí, pero este es minoritario comparado con la popularidad del presidente Bukele que ronda los 80% de la población.

En el área de seguridad, mientras el gobierno celebraba el éxito del plan control territorial, varias fosas clandestinas fueron descubiertas con algunas decenas de muertos, la última por cierto en Nuevo Cuscatlán, el municipio donde el presidente Bukele decía que no había incidencia de crímenes desde que él había llegado a la comunca, la cúal continua siendo administrada por Nuevas Ideas. De igual forma, el número de desaparecidos continuó aumentando a lo que el ministro de seguridad llamó de "desapariciones voluntarias" o en su defecto, fruto de asociaciones ilícitas con la criminalidad y el narcotráfico.

En su esfuerzo por silenciar a los medios de comunicación, el presidente Bukele lanza la ley de agentes extranjeros através de la cual le impone fuertes restricciones al ingreso de capital extranjero que tenga como objetivo la financiación de medios de comunicación contrarios a los intereses del gobierno. Inmediatamente algunos países como Alemania anuncian el cese de la cooperación y tanto nacional como internacionalmente muchas voces denuncian la intención del gobierno de amordazar a los medios de comunicación y ONG's contrarias a los intereses estatales. Ante esto, el gobierno detiene la aprobación de la ley hasta nuevo aviso.

2021 fue caracterizado por el deterioro de las relaciones con los Estados Unidos después que el gobierno de Biden lanzó la lista Engel donde constaban importantes funcionarios del gobierno Bukele. Al lanzamiento de la lista Engel le siguió el anucio de sanciones penales contra esos funcionarios. A esto se siguió la denuncia por parte de la encargada de negocios Jean Mannes en medios de comunicación sobre el deterioro de las relaciones de Estados Unidos con El Salvador, en particular con el presidente Bukele, y su partida de El Salvador después de haber fracasado en sus intentos de tender puentes entre la administración Biden y la administración Bukele. Como si esto fuera poco, un ex-fiscal denuncia la existencia de un reporte con pruebas contundentes sobre las negociaciones de la administración Bukele con las estructuras criminales de las pandillas, cosa que obviamente el gobierno Bukele niega rotundamente. Las denuncias son retomadas por diversos medios internacionales las cuáles se suman a las denuncias publicadas por el medio digital "El Faro".

Para cerrar el año el presidente Bukele anunció la construcción de un nuevo estadio que substituirá al Estado Cuscatlán el cual será construído con fondos no retornables de la República de China. Igualmente tuvo inicio en 2021 la construcción de una nueva Biblioteca Nacional, también con fondos de China, y el lanzamiento de algunos CUBOS en diferentes municipios del país.

Al igual que 2020, 2021 también fue un año donde el país vió un aceleramiento en el endeudamiento público y para 2022 dicho endeudamiento apenas tiende a aumentar. En 2022 el país deberá alcanzar el 100% del PIB en concepto de deuda, y hay serias dudas que El Salvador consiga honrar los compromisos con los acreederos, entre los cuáles destaca el vencimiento de una deuda por el valor de 800 millones en enero de 2023. 

Febrero será un mes interesante ya que Bukele prometió en noviembre lanzar el bono Bitcoin, 2 meses después de su anuncio a finales de noviembre de 2021. Con el EMBI a 14.88%, el riesgo país por las nubes y el rendimiento de los bonos salvadoreños por los suelos, existen serias dudas que el país pueda atraer interés al bono Bitcoin, ¿quien en su sano juicio le prestaría dinero a un país que no le da garantías de poder pagarle los préstamos, sean en dólares o en bitcoin? De fracasar en el intento, las opciones que el país tiene son mínimas, ¿re-estatizar el sistema de pensiones y desdolarizar serían realmente opciones válidas y sostenibles en el tiempo para El Salvador?

Como nota final, en el mes de diciembre la Asamblea aprobó la Ley de Aguas, a lo que muchas veces críticas denuniarion que dicha ley no pasaba de una privatización disfrazada del agua. Sin resistencia en la Asamblea, la ley fue aprobada sin mayores alteraciones y sin escuchar a las comunidades ni los intereses de la ciudadanía, apenas fueron escuchados los intereses de las grandes constructoras las cuáles tendrán la preferencia a la hora de extraer recursos hídricos para la ejecución de sus proyetos.