Wednesday 5 September 2012

CALLEJÓN SIN SALIDA



CRISIS: “Situación grave y difícil que pone en peligro la continuidad o el desarrollo de un proceso físico, histórico o espiritual”. Es así como yo definiría la coyuntura actual, crítica, la crisis más difícil que el país ya vivió desde los acuerdos de paz en 1992.

La crisis no tiene nada que ver con el recién “superado” conflicto de la CSJ o con la actual “negociación” entre ARENA, FMLN y aliados y Funes, sobre quién será el futuro Fiscal General de la República. La crisis tampoco tiene que ver con el hecho de que tenemos un problema de solvencia fiscal el cual el gobierno se empeña en empujar debajo de la alfombra y al cual los medios no le dan la atención debida.

La crisis mucho menos tiene que ver con que seamos uno de los países con más riesgos ambientales del planeta, basta un temporal y los derrumbes, inundaciones y cuántas desgracias se puedan imaginar comienzan a llenar la primera página de los diarios.

La crisis tampoco consiste en la incapacidad del país de conseguir solventar sus necesidades alimenticias (soberanía alimentar) a pesar de ser tradicionalmente un país agrícola.

¿Tendría que ver entonces la crisis con la inviabilidad del modelo económico actual que no consigue generar empleo suficiente para toda la población ni generar crecimiento y competitividad económica? ¿O tendría que ver la crisis con la precaria seguridad pública?

Todos esos son problemas muy serios que en principio bastaría con que se cambiara, por decir algo, la política económica actual para que el país comenzara a crecer, pero eso en sí no creo que vendría a resolver los problemas del país.

La crisis es por un lado política y por el otro lado ideológica. Política, porque después de 20 años de haber alcanzado los acuerdos de paz el país no ha conseguido, ni de cerca, superar los problemas seculares que dieron origen a la guerra civil, muy por el contrario, si antes el país sufría con injusticia social, ahora no sólo sufre con eso como también sufre con la exacerbada violencia urbana generada por las maras y la delincuencia común, que a decir verdad esto último no es sino una consecuencia de los mismos problemas sociales contra los cuáles se venía luchando desde las trincheras en las montañas. ¿Y por qué es política la crisis? Justamente porque la pretendida democracia de la cual las fuerzas de izquierda pasaron a participar no consiguió resolver los conflictos sociales en el país, muy por el contrario, los problemas se agudizaron y en este momento queda claro que ni la izquierda política representada por el FMLN en este momento en el congreso, ni la derecha, representada por todas las otras fuerzas políticas, han sido capaces de ofrecerle alternativas de cambio al país. Y más aún, nos vemos en este momento con el surgimiento de una alternativa, el MNP (Movimiento Nuevo País) que pretende lanzar un candidato para presidente sin que hasta este momento consigamos entender que línea ideológica sigue, y sin que explique cómo pretendería gobernar el país sin tener un diputado siquiera en el Congreso; evidentemente acabaría rehén de las fuerzas políticas mayoritarias en la Asamblea, lo que inviabilizaría su gobierno.

Por otro lado, la crisis es ideológica porque ninguna de las fuerzas políticas actuales cuestiona el modelo actual, modelo que es sin sombra de dudas garante de las injusticias y atropellos cometidos contra la población. ARENA por un lado continúa a ofrecerle la misma receta de remedios vencidos al país: la teoría del rebalse, los incentivos a los empresarios, la libre economía de mercado, política fiscal injusta, la auto-regulación del mercado, el estado mínimo, el individualismo como filosofía de vida para superar los problemas de la colectividad, entre otras mentiras, remedios que fueron lanzados con plazo de validad vencido (nunca tuvieron eficacia ni nunca nadie consiguió probar que funciona), pero mismo así vemos como millares de personas aclaman el retorno de ARENA al Ejecutivo.

En el otro lado del espectro tenemos a un FMLN derechizado que en nombre de la coyuntura y “la actual correlación de fuerzas” hacen cualquier negocio, donde los fines justifican los medios, sean estos cuáles sean, donde se empeñan en atropellar todas las instituciones del Estado como la derecha siempre lo ha hecho, en nombre de una pretensa revolución que hasta ahora desconocemos su contenido. Le entrega la llave del cofre al bandido y por razones inconfesables pasan a apoyar a ciudadanos de sospechosa hoja de vida, hacen alianzas a cualquier precio con partidos retrógradas y condenados por el propio elector como lo son el PCN y el PDC, CN y PES respectivamente, o entonces con GANA, que no es sino apenas un apéndice de ARENA. Peor aún, nadie sabe en absoluto que es lo que ellos persiguen, que es lo que le quieren ofrecer al país, si quieren humanizar el capitalismo o llevarlo rumbo al socialismo o es su propuesta la social democracia. La crisis ideológica que el partido sufre desde que la guerra acabó (y mucho antes según los que conocen los intestinos de esa organización) tiende a reducir al partido a más un ítem en el menú político salvadoreño.

Para completar, tenemos a un presidente, el del cambio, que le prohíbe al partido que lo llevó al poder de usar en sus “spots” de campaña los pocos y raquíticos logros del gobierno, en particular en el área social, porque en materia económica los logros continúan a brillar por su ausencia. Yo me pregunto, ¿ a quién quiere beneficiar Funes con esa medida?

Así siendo, no hay en este momento alternativas políticas viables para el país. ARENA ofrece más de lo mismo, GANA se dice convertida a la Social Democracia, el FMLN se ha reducido a un nido de políticos dogmáticos oportunistas sin ideología definida, con discurso indefinido y con un batallón de escuderos dispuestos a todo para defender la bandera del partido.

Es esa la crisis, la ausencia total de alternativas, de un proyecto histórico de transformaciones estructurales para el beneficio del pueblo, de un modelo de crecimiento social, económico, cultural y político. Mientras Quijano y Sánchez Cerén (y Saca apenas de observador) se codean para llegar primero a la disputa electoral de 2014 el país se desangra y su gente, como corderos al matadero, comienza a distribuirse insultos mutuamente en la defensa de una bandera política que no les ofrece  absolutamente NADA. La crisis consiste en no tener la osadía de pensar diferentemente de aquello que las organizaciones políticas hegemónicas nos ofrecen; la crisis consiste en que el pueblo no quiere de una vez adueñarse, apoderarse de su propio destino.

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