Tuesday 7 September 2021

EL RIESGO PAÍS Y LA LEY BITCOIN



A un día de entrar en vigor la #LeyBitcoin la cotización de la crypto moneda se aproxima aceleradamente de los 53 mil dólares. Mañana, cuando los salvadoreños despierten el precio podría encontrarse cerca de los 55 mil dólares, pero lo que parece alentador, un precio altísimo, podrá constituirse en el primer golpe que el país sufrirá fruto de la legalización del Bitcoin como moneda de curso legal.

En la jerga de los inversionistas del mercado de capitales, el precio del Bitcoin en este momento está Bullish que se deriva del inglés bull (toro) y significa que el precio está aumentando; esto hace referencia a la manera como el toro ataca, de abajo hacia arriba. Cuando el precio de un activo está en descenso se dice que el mercado está bearish, derivado de bear (oso) ya que el oso ataca de arriba hacia abajo.

En una situación como la que observamos en el gráfico la tendencia natural del inversor experiente es de esperar el momento justo para vender y realizar jugosos lucros. La última vez que el Bitcoin alcanzó su precio histórico más alto (a 65 mil dólares), en cuestión de días la cotización se desplomó perdiendo su valor en más del 50%, y esto podría ocurrir en los próximos días fruto de cualquier ataque especulativo donde los grandes inversores pongan sus activos a la venta, aumentando la oferta de la cryptomoneda, reduciéndole liquidez al mercado y generando una caída estrepitosa en la cotización del crypto activo.

Una situación como esta podría ser catastrófica para el país en la medida que la adopción del Bitcoin se vaya generalizando, lo que le generaría cuantiosas pérdidas a los bancos, al gobierno y a los ciudadanos comunes que eventualmente tengan crypto monedas en sus carteras Chivo. Esto generaría una fuga de dólares del país ya que las personas tenderían a vender la moneda a un precio más bajo del que la adquirieron pero ese dinero, lejos de quedarse en el país, saldría del bolso de los salvadoreños para el bolso de los especuladores internacionales.

Circula en este momento una campaña en las redes sociales para que los crypto inversores adquieran el día de mañana la cantidad de 30 dólares en crypto moneda en solidariedad a El Salvador por estar adoptando el Bitcoin como moneda de curso legal. El momento es de hecho histórico, pero las consecuencias para el país, dada la naturaleza especulativa del Bitcoin, lo que conlleva un alto nivel de riesgo y por tanto de exposición financiera, podrán ser catastróficas. Esta campaña apenas aumenta la presión en el precio del Bitcoin aumentando así también el riesgo país de cara a una inminente caída en la cotización en las próxima semanas.

Para el salvadoreño de a pié lo que está en juego es su salario que podría pasar a cotizarse en Bitcoin siguiendo el vaivén del crypto activo. Para los bancos, que jugarán el papel de intermediários para la compra-venta del Bitcoin, la #LeyBitcoin aumentará su nivel de exposición financiera ya que la ley los obligará a mantener una cartera de Bitcoin entre sus activos aumentado así su riesgo financiero lo que conllevará a una reducción en sus ratings delante de las agencias internacionales. Una fluctuación hacia abajo en el precio del Bitcoin le generaría millonarias pérdidas a los bancos reduciéndoles su liquidez financiera.

Para los comerciantes, idem ditto, el riesgo de tener que vender sus productos y servicios en Bitcoin y por tanto al ser obligados a aceptar la crypto moneda, les aumentará su riesgo de pérdidas, riesgo que minimizarán haciendo hedge (protección contra el riesgo) cambiario aumentando los precios de sus productos y servicios para cubrir así eventuales e inevitables fluctuaciones en la cotización del Bitcoin generando de esta manera una espiral inflacionaria lo que disminuirá el poder adquisitivo de todos los salvadoreños.

Para el gobierno central, que comienza de antemano con un pasivo de 230 millones para implementar la puesta en circulación de la crypto moneda, no sólo aumenta su ya avultado déficit fiscal como expone al país a un riesgo cambiario constante ya que através del fideicomiso estará comprando Bitcoin de todas las personas que no quieran arcar con el riesgo de mantener la moneda en sus carteras digitales. Pero este riesgo en realidad nunca habrá salido del bolso de los salvadoreños ya que a final de cuentas el fideicomiso será pagado con los impuestos de todos los salvadoreños. Ante una adopción masiva del Bitcoin ese fideicomiso duraría apenas algunas días lo que obligaría al gobierno a adquirar más deuda para aumentar el tamaño del fideicomiso, o a vender grandes cantidades de Bitcoin en el mercado con eventuales pérdidas para poder recargar el fideicomiso.

Para los receptores de remesas, el riesgo consiste en que el gobierno y las casas de cambios, aunque insistan que no se cobrará comisión por el envío de remesas, en realidad sí pagarán esa comisión la cuál estará incluída en el precio de venta del Bitcoin al remesero, y en el precio de compra del Bitcoin, que se le aplicará al receptor de la remesa a la hora de recibir su dinero. Esa diferencia en el precio de compra y venta se conoce como spread y es ahí donde el salvadoreño se dará cuenta que está siendo víctima de más una mentira del gobierno Bukele. El valor de ese spread, conociendo el apetito del gobierno y de las casas de cambio, podría ser superior al diez por ciento, como es el caso de los cajeros Athena situados en la playa del Zonte. Por cierto, ese será el truco que los bancos también usarán para camuflar las comisiones a la hora de venderle Bitcoin al pueblo salvadoreño.

El futuro, contrariando la opinión del presidente Bukele, no es nada promisor para El Salvador con la llegada del Bitcoin y cuanto más grande sea el nivel de adopción del crypto activo, más grande será el problema para el país, y lo que a principio tendría como objetivo atraer capitales financieros para invertir en el país, se acabará constituyendo en una fuga de capitales y en un aumento acelerado del déficit fiscal lo que más temprano que tarde pondrá al país contra las cuerdas delante de los acreedores de su deuda soberana.

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