Saturday 7 September 2013

LA IMPUNIDAD Y LA CORRUPCIÓN, ¿GARANTES DE LA GOBERNABILIDAD?




El primer gobierno del cambio está llegando casi a su fin, muchos se preguntan qué es lo que el gobierno Funes- FMLN aún conseguirá hacer en los últimos meses de (des) gobierno para eventualmente convencer a los indecisos que ellos han hecho todo lo que ha estado a su alcance para traer las transformaciones que el país necesita. Por lo visto a muchos se les olvida que un gobierno no es un partido de futbol que se puede resolver hasta en el último minuto. Un gobierno sienta las bases de su proyecto en el primer año de mandato para recoger los frutos en los años siguientes, y no es eso lo que hemos visto hasta ahora. La estrategia ha sido clara, han ido a tientas, han cambiado de estrategia varias veces, si es que algún día la han tenido, y el resultado está a la vista, mientras todos los emergentes crecen, El Salvador continua arrastrándose totalmente dependiente del crecimiento de las remesas.

Las reformas estructurales que el país necesita pasan diametralmente por la redistribución de los ingresos, por una reforma fiscal profunda, por la substitución de importaciones (lo que implica en revisar el TLC y la dolarización), por una revisión de las privatizaciones que ARENA le impuso al país; pasa por pensar en estrategias para alcanzar la independencia alimentaria y energética, en una estrategia de largo plazo para el combate a la delincuencia, transporte público digno para la gente, ley de medio ambiente, mejoras de la infra-estructura, repensar no sólo el modelo de nación como el sistema capitalista como un todo, las relaciones de poder, unificación de los sistemas de salud y educación de tal suerte que a todos los salvadoreños se les den las mismas oportunidades; repensar las relaciones de poder y producción de bienes y servicios; pensar en una reforma política, en fin, muchas cosas por hacer que ni tangencialmente fueron tocadas por este gobierno.

Y mientras el país continúa esperando por esas transformaciones, el gobierno del cambio se dedicó a hacer alianzas con los sectores más retrógradas de la política salvadoreña, como lo son los tradicionales PCN y PDC, y la reencarnación de ARENA, el partido GANA. Bajo esa alianza se eligió fiscal general, magistrados de la corte de cuentas, magistrados de la Corte Suprema, se creó transparencia activa justamente para fiscalizar al Estado; bajo esa alianza el Legislativo le montó una guerra a la Sala de lo Constitucional,  y como si eso fuera poco, ahora la Sala de lo Contencioso también entró a esa lucha de poderes.

De los alegados 115 casos de corrupción que según el gobierno del cambio han sido presentados a la Fiscalía para su investigación, al parecer están sino todos, casi todos engavetados, me imagino que es a eso a lo que Funes llamaba de “no me va a temblar la mano para llevar a la justicia a los corruptos”. Pero lo más jocoso de esas denuncias es que están siendo juzgadas por un fiscal general a quien ARENA y GANA le dieron sus votos, y peor aún, son personeros de esos dos partidos que están siendo investigados por corrupción. Por lo cuál pregunto, ¿se arriesgarían los corruptos a poner a un fiscal general íntegro en la FGR?

De la misma forma vemos a los aliados del FMLN haciendo viajes de turismo por el mundo entero financiados con dinero público. Tenemos a un vice-presidente de la Asamblea quien ha tenido que devolver dinero que aplicó en viajes que no realizó, si es que devolvió ese dinero. Asistimos escandalizados a otro aliado del FMLN llegar borracho a presidir una sesión de la honorable Asamblea, y ahora vemos al señor Sigfrido Reyes y a sus 83 compinches negarle a Transparencia Activa los datos referentes a los asesores de los diputados que le cuestan mensualmente al país millares de dólares, para que hagan sólo Dios sabe el qué. Pero el señor Reyes justifica su actitud apelando a una ley obscura que le permite a los diputados ocultarle a los órganos contralores información crucial para poder ser fiscalizados y así eventualmente descubrir indicios de corrupción.

Uno de los aliados del FMLN, el señor Francisco Merino, continua impune después de haber baleado a un policía, y así podríamos continuar citando innúmeros casos de impunidad, corrupción activa y pasiva, desacatos a la ley, abusos de poder, gastos totalmente desnecesarios y superfluos  que el Estado le causa al país con el beneplácito del gobierno del cambio, o en particular, del partido del cambio.

Muchos alegan que en la política es necesario hacer acuerdos para poder gobernar, que sin los votos de GANA, PDC y PCN habría sido imposible aprobar diversas leyes que pasaron por el Congreso Nacional, aprobar presupuestos, préstamos, o aprobar la ley de remedios, entre otras cosas que pasaron por aquella casa y que fueron aprobados con los votos de GANA y sus compinches.

Si fuera una cuestión puramente aritmética le daríamos la razón al FMLN. Sin embargo, si vamos a hacer un balance de lo que aprobaron y de lo que dejaron de aprobar, podríamos fácilmente llegar al siguiente cuestionamiento: ¿ha valido la pena tamaña prevaricación para llegar a los resultados alcanzados? ¿Se han hecho las reformas estructurales que el país necesitaba para poder avanzar?

En la lógica efemelenista la impunidad y la corrupción son garantes de la gobernabilidad. Es imposible para el partido rojo poder gobernar sin tragarse algunos cocodrilos (la verdad serían sapos pero en este caso me parecen demasiado pequeños), sin tolerar la corrupción y garantizarle la impunidad a los corruptos de GANA, ARENA, PCN y PDC. Observamos cómo después de 4 años de gobierno los militares que asesinaron a tanta gente, entre ellos a los jesuitas y su empleada e hija, continúan en la impunidad, y no sólo eso, cuando la justicia española pidió su extradición el Comandante General de la Fuerza Armada, Mauricio Funes Cartagena, protegió a los militares prófugos de la justicia española en los cuarteles de la FAES, y de igual forma el partido FMLN, durante los cuatro años en que ha estado en el poder, ha silenciado sobre el caso, como también ha silenciado sobre muchos otros casos donde se esperaba que asumiera el lado de la justicia, pero no, la permanencia en el poder es mucho más importante que la justicia.

La lógica efemelenista es maquiavélica, aprendieron con El Príncipe, los fines justifican los medios. El FMLN hoy por hoy ha mostrado una estrategia genial  para llegar al poder, un proyecto de poder, pero se le ha olvidado que lo que debería tener es un proyecto de país.

Silenciando a los movimientos sociales y a las bases, vendiéndoles la idea de la necesidad de las alianzas para poder alcanzar la mayoría en el Legislativo y así garantizar la gobernabilidad y las “transformaciones”, el FMLN lanza mano de la corrupción, la impunidad y la complicidad con crímenes hediondos para perpetuarse en el poder.

¿Es por acaso ese el único camino que se puede trillar para llegar al poder y garantizar la gobernabilidad y las transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales que el país necesita?

El camino no es ese señores, el camino es el de la organización, el de la conciencia, del bien común, de tomar el partido del débil, el de la colectividad versus el individualismo, el de la solidaridad, el de la búsqueda constante e incansable de la justicia, el del combate a la corrupción y la impunidad, el camino de la austeridad y la reforma del Estado. No hay otro camino, en este viaje no hay atajos, porque estos nos pueden llevar al despeñadero.

Y no estoy solo, son muchos los que nos oponemos a ese camino y apelamos a la concientización de nuestra gente, a la organización, a la búsqueda de la construcción de un nuevo proyecto de país donde el poder por el poder no sea la prioridad.

Excelentísimos señores, si la impunidad y la corrupción son garantes de la gobernabilidad y de la tomada del poder, antes en la oposición que prevaricando con corruptos y asesinos.


Edwin Lima
edwinlima.blogspot.com

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